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11M: ¿Dónde estaba hace 20 años?

Representantes de distintos ámbitos de la vida pública de Linares recuerdan aquel día de la infamia, con los sangrientos atentados de Madrid

Por:Javier Esturillo
Infografía: El Nuevo Observador

Veinte años después de los ataques terroristas del 11 de marzo de 2004 en Madrid, las cicatrices dejadas por la tragedia aún están vivas en la memoria colectiva de España y Europa. La onda expansiva de las bombas en los trenes de cercanías que causaron la muerte de 193 personas y más de 1.800 heridos, conmocionó a cada rincón del país y, por supuesto, a Linares.

El Nuevo Observador ha querido recoger la opinión de representantes de la vida pública de la ciudad en diferentes ámbitos para que recuerden dónde estaban aquel fatídico 11M de hace 20 años y qué recuerdos guardan.

La alcaldesa, Auxi del Olmo, se disponía, como cualquier otro día, a preparar a sus hijos para llevarlos al colegio. Mientras desayunaban, su marido, Fernando, puso la radio y escuchó que algo estaba pasando en Madrid. De inmediato, encendieron la televisión para seguir en directo los acontecimientos.

Por la cabeza de Auxi del Olmo pasaron los ataques a las Torres Gemelas, reproduciendo la misma «sensación de angustia y agobio» experimentada solo tres años antes. «Sentí miedo», añade, al tiempo que rememora los momentos de incertidumbre e inseguridad que se vivieron las jornadas posteriores. «Hubo un antes y un después de aquello», asegura.

El consiliario de la Agrupación de Cofradías y Hermandades, Sebastián Pedregosa, tiene la costumbre de ver las noticias de las ocho de la mañana. El 11 de marzo de 2004 hizo lo propio y fue, a través de la televisión, cómo supo lo que estaba sucediendo en la estación de Atocha. Era cura en la parroquia de Nuestra Señora del Valle de Jaén capital. «No me despegué de la tele en todo la mañana. Fue dramático», señala.

Al presidente del Linares Deportivo SAD, Luis Vera, le pilló la terrible noticia en la capital de Andalucía, donde ejercía de funcionario judicial. Recuerda que fueron «momentos muy duros, de muchísima angustia» y que, en su trabajo, y más en una ciudad como Sevilla, se activaron todas las alertas de seguridad. «Esperemos que nunca vuelva a pasar algo parecido, de tanta tristeza», apostilla.

«Me impresionó el minuto de silencio en el Ayuntamiento»

El intendente de la Policía Local de Linares, José Pereira, ejercía ya de agente en la ciudad. Cuando los artefactos explosionaron, se encontraba regulando el tráfico en las inmediaciones del colegio Colón. «Me quedé, como todo el mundo, en estado de shock«. «Los días posteriores se incrementaron las medidas de seguridad, porque estábamos a las puertas de las elecciones generales». Pero, lo que más le impresionó, fue el «minuto de silencio en la puerta del Ayuntamiento». «Nunca lo olvidaré», remata Pereira.

Su homólogo en el Parque de Bomberos, Jesús Padilla, estaba a punto de entrar de servicio. También fue la radio la encargada de transmitirle la tragedia. Como bombero de profesión y de vocación, sintió «muchísimo dolor por las víctimas» y una «enorme impotencia por no poder ayudar a mis compañeros de Madrid».

Por el cuerpo del secretario general del PSOE y jefe de la oposición, Javier Perales, corrió «una sensación muy devastadora, de una magnitud inimaginable«. En el instante que estallaron las bombas en los vagones, Perales se encontraba trabajando y le «impactó profundamente». «Ese día comprendí la fragilidad de la vida y la importancia de la solidaridad en momentos difíciles», recalca.

«Es la vez que he sentido el horror más de cerca»

El escritor Andrés Ortiz Tafur habla de los atentados de Madrid como si fuera hoy. Los lleva grabados en su cabeza. «Recuerdo llamar a mi amigo Pedro Gascón con mucho miedo, porque me sonaba que él tomaba un tren diario para llegar a su trabajo desde el sur de Madrid a la zona centro». También se acordó de sus primos y del pánico que se estaba viviendo. «Probablemente, es la vez que he sentido el horror más de cerca, porque todos tenemos a alguien en Madrid. Sentí, de inmediato, que aquello iba a cambiar nuestro mundo«, añade.

Esteban Rodríguez Peralto, al igual que Ortiz Tafur, dirigió su mirada hacia la capital del Estado. Allí, tenía a sus tres hermanos. «Eran usuarios del transporte publico, por lo que los llame inmediatamente y vi que todos bien, pero impactados por lo ocurrido». El presidente de la Real Federación Andaluza de Tenis de Mesa no despegó de la radio en toda la jornada. Lo que lamenta de aquel día «tan triste» fue «la manipulación política de todos los partidos de una situación tan desesperada. Fue decepcionante», señala.

Minuto de silencio en la Plaza del Ayuntamiento en recuerdo de los afectados por los atentados del 11M y sus familias. Foto: Ayuntamiento de Linares

«Me parecía impensable que pasara algo así en un país como el nuestro»

Otro representante del deporte local es Ángel Eusebio Castillo, técnico en esa temporada de CB Santana. Dice que el «impacto fue tremendo«. «Lo seguí todo por la televisión y no salía de mi asombro. Me quedé sin aliento. Fue todo muy fuerte», apunta a este periódico.

Por su parte, el director del Conservatorio Profesional de Música, Esteban Ocaña, iba camino de Granada a la hora en la que comenzaron las explosiones. Ese jueves tenía concierto en el Festival Internacional de Tango de Granada con sus compañeros de Versus Ensemble. Ocaña se quedó en shock. «Me parecía impensable que pasar algo así en un país como el nuestro. Me transportó directamente a los atentados de las Torres Gemelas en Nueva York, que viví allí durante mi estancia en Estados Unidos de 2001 a 2003″, recuerda.

Para el pianista linarense, el 11M fue una combinación de «trauma, frustración y desolación». «Sentimientos que volvieron a hacerse presentes unos meses después, en un concierto homenaje a todos las víctimas en el que participé con Enrique Morente para Televisión Española».

«Hubo demasiada desinformación»

La portavoz del Grupo Municipal Para la Gente, Laura Cerezuela, tenía solo 18 años. Las imágenes que llegaban desde Madrid eran «terroríficas». Estaba junto con sus padres y lo primero que hizo fue telefonear a un primo que residía en unos bloques que dan a las vía donde sucedieron los hechos. Además, su pariente tomaba habitualmente esos trenes para desplazarse a su puesto de trabajo. «Por suerte, aquel día no iba en ellos». «Me comentó que lo que más pedían los servicios de emergencias eran mantas», acota para censurar, acto seguido, la «desinformación» que se traslado ese día y los posteriores.

Por último, Manuel Jesús Sánchez, gerente y alma mater de Garage Bar Elviris, tampoco ha olvidado las sensaciones que le dejaron los atentados, a pesar de que hayan pasado ya dos décadas. «Fue impactante, demoledor, desolador, de un dolor terrible. Nadie podía imaginar que un horror de ese tamaño se viviera en España», afirma. «Solo confío en que no vuelva a pasar nunca, ni aquí ni en ningún otro lado del mundo».

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