Otra vez hay que mirar al cielo en espera de unas lluvias que sacien la sed de los pantanos. El embalse de La Fernandina, del que se abastece la población de Linares, se encuentra al 30,6 por ciento de su capacidad. Solo cuenta con 75 hectómetros cúbicos de los 245 que puede almacenar, lo que inquieta a agricultores y a los vecinos de los pueblos que toman el agua de este embalse situado en los términos municipales de Carboneros, La Carolina y Vilches.
La situación hidrológica en la Cuenca del Guadalquivir sigue en general con la reserva lejos de la media del año pasado y de años anteriores, algo que las precipitaciones de esta primavera no lograron aliviar y que hará mella en el verano meteorológico, que empezó el 1 de junio, y que abarca los meses más secos y calurosos del año.
En estos momentos, la Cuenca del Guadalquivir se encuentra al 30 por ciento de su capacidad, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Todos los pantanos de la provincia están a menos de la mitad de su capacidad. El mayor de todos, el del Tranco, en Beas de Segura, guarda solo el 38,9 por ciento del agua que puede embalsar, mientras que el Rumblar, en el término municipal de Baños de la Encina presenta unos números alarmantes, con solo el 17,5 por ciento de su capacidad.
Las reservas de agua no paran de caer, sobre todo en los últimos días debido a la escasez de precipitaciones y a las altas temperaturas. La situación, por lo tanto, es de suma inquietud al estar las lluvias están por debajo de lo normal desde hace más de un año.
