Juan Fernández repetirá como número uno de Linares Primero en las elecciones municipales del próximo 28 de mayo. Así lo decidió la asamblea del partido celebrada este domingo. Obtuvo el respaldo mayoritario de la militancia, pero con una voz más alta que otra en contra.
Su condena a tres años de prisión y siete inhabilitación por un delito de malversación de caudales públicos, era, para algunos, motivo más que suficiente para que el exalcalde diera un paso al costado y dejara el puesto a otra persona. En concreto, a Juana Cruz, su fiel escudera desde la fundación del partido y actual portavoz municipal.
Sin embargo, no ha sido así. Fernández sigue insistiendo en que es el mejor aspirante y recuerda que la sentencia está recurrida ante el Tribunal Supremo. Esa justificación es válida para un sector que sigue viendo en él al aspirante idóneo para encabezar la lista. No piensa lo mismo otra facción de Linares Primero.
Con los comicios a la vuelta de la esquina, la formación municipalista se enfrenta a un futuro incierto, después de que la propia Juana Cruz se haya autodescartado de ir en la lista junto con el que fue hasta hace unos días su principal valedor en la política local. «Es una candidatura que está viciada desde el principio», declaró la edil a Radio Linares, a pesar de que, en un primer momento, declinó cualquier invitación para hablar sobre la asamblea del pasado domingo.
Sea como fuere, la grieta en Linares Primero es más que evidente y deja a la formación nacida al amparo de Juan Fernández muy tocada con vistas al 28M.
Desde su nacimiento hace cuatro años, el partido personalizado en la figura del exregidor ha tratado explotar el recurso de David contra Goliat.
De un localismo «sin complejos” e «independiente», se convirtió en la casa «de los desencantados», en la que habitan antiguos votantes, simpatizantes e incluso militantes del PSOE, de Izquierda Unida o del Partido Popular.
Una de las claves de la batalla interna ha sido la lucha de egos entre las dos cabezas visibles de la formación y la condena a Juan Fernández que ha desembocado en una crisis que ha debilitado su proyección de cara a la ciudadanía y sus propio electorado.
