A efectos prácticos y resultadistas, el Linares atraviesa una crisis en toda regla. El equipo se ha derrumbado física y psicológicamente en el peor momento de la temporada, cuando todos los equipos aprietan y dan un plus más para lograr sus objetivos.
Lo ocurrido en Pasarón no es un síntoma, sino la constatación de un hecho: El Linares está mal. Y es así desde el mismo momento que el entrenador, Alberto González, decidió, a principios de año, tomar una decisión inaudita en el fútbol actual, teletrabajar.
Los datos son demoledores. Desde que anunciara su nuevo estatus laboral, por problemas personales, el equipo ha disputado 13 encuentros, con un balance de tres victorias, cuatro empates y seis derrotas. Traducido en puntos son 13 sobre 39 posibles, con 20 goles a favor por 27 en contra. Estadísticas que lo condenarían a un paso del descenso.
Coincidencias o no. Otro de los aspectos que agravan la situación del Linares es la falta de liderazgo dentro y fuera del campo. Las salidas de Josema, Fran Lara y Fran Carnicer le han hecho mucho daño al vestuario, puesto que no hay nadie capaz de asumir el rol que ellos desempeñaban en cursos anteriores.
Habrá lectores escépticos, pero los números que presenta el combinado linarense son más que preocupantes, aunque peor lo son las sensaciones que desprende. Que los resultados terminarán sonriendo al Linares es algo que se producirá si el equipo reacciona y el club pone orden en su gestión.
Poco o nada se sabe del proceso de conversión en Sociedad Anónima Deportiva. El presidente, Jesús Medina, y su junta directiva no han informado del proceso desde que se conoció que el capital estaba cubierto.
El silencio es absoluto a la espera de que se convoque la junta general extraordinaria de accionistas para que la nueva propiedad coja las riendas de la entidad. Esto provocará una restructuración en el organigrama de mando, con la marcha de la mayoría de los directivos. Algunos de ellos más pendientes de asuntos políticos que de cuestiones deportivas.
La crisis que se ha abierto en el Linares ha tomado cuerpo en una fase muy esperada y determinante de la temporada. La presión va en aumento. Empezando por el próximo envite ante el Algeciras en el Estadio Municipal de Linarejos.
