Coger lápiz y papel, o un teclado, y convertir los sentimientos en palabras es para muchos un alivio emocional. Andrés Ortiz Tafur lo lleva haciendo desde que se conoce. Gracias a la escritura ha devuelto más de un golpe.
De extracción obrera, alternó todo tipo de oficios hasta que decidió sentarse a desnudar el alma. Lo ha hecho en cada libro que ha publicado pero en ‘Traigo noche en los zapatos’ (Ediciones La Isla de Sinaloa) Ortiz Tafur se confiesa, poniendo énfasis en la autenticidad.
En este último encargo vuelve a brillar la calidad de narrador en el que transforma en relato poético «las esquinas de nuestra memoria, aquellas que abrazan los tesoros embestidos por el tiempo, los golpes que nos dimos siendo niños y que hieren años después convirtiéndonos en noche», tal y como define Xenia García.
Una vez más, el autor linarense residente en la Sierra de Segura, donde ejerce de bibliotecario en Santiago-Pontones, se fue a Entre Libros -su librería fetiche- para presentar ‘Traigo noche en los zapatos’, rodeado de los suyos y acompañado de Alfredo Márquez y de Encarni Buendía, que hicieron de cicerones para los lectores que desconocen aún la obra de Ortiz Tafur.
A lo largo de su carrera literaria, ha retratado la condición humana: seres grises de existencia liviana, perdedores en casi todo, desdichados que se ponen de puntillas vanamente para escapar de su irrelevancia y que se aferran a un sueño irrealizable o a un reconcomio que los mina.
Al mismo tiempo, el paisaje cautivador del lugar en el que vive, de la España vaciada, le ha ayudado a recrear y embellecer sus quimeras, sus dolores y sus fantasías liberadoras.