La gran dama del flamenco cumple cuatro décadas en los escenarios. Y para celebrar la efeméride Carmen Linares unió su voz a la de otro gran artista, Joan Manuel Serrat. Fue el pasado miércoles, 19 de enero, en el Teatro Circo Price de Madrid, en una noche mágica en la que el público se quedó prendado de la voz de la linarense.
Con un repertorio muy cuidado, en el que no faltó su antología de cantes de mujer, el cancionero de Federico García Lorca y homenajes a Paco de Lucía y Enrique Morente, la cantaora puso de manifiesto que está en plena forma en una ciudad muy especial para ella.
Fue un concierto en el que se sucedieron versos eternos de “La leyenda del tiempo”, “Andaluces de Jaén” y “Anda Jaleo”, acompañada de un elenco de músicos y una bailaora extraordinarios, entre ellos su hija Lucía Espín.
«Este es mi gran homenaje al arte flamenco. En mi 40 aniversario me siento orgullosa de donde he conseguido llegar como artista y como mujer en la música», asegura la artista, la única cantaora con un Premio Nacional de Música,
Linares, llamada realmente Carmen Pacheco, es una intérprete de proyección internacional y una de las mayores embajadoras de su ciudad natal.
Carmen Linares, la gran olvidada por su ayuntamiento, que solo tiene ojos para Raphael. Lamentable el poco interés que tiene la corporación con esta artista, que en otra ciudad tendría el reconocimiento que se merece.