Reportaje | Piezas de colección

En el portal malagueño todocoleccion se pueden adquirir botellas de las antiguas gaseosas linarenses Jaldo y La Inesperada, algunas 'raras', según sus vendedores

Por:Javier Esturillo
Botellas vacías de gaseosas Jaldo y La Inesperada que se pueden encontrar en el portal todocoleccion.

Los linarenses de cierta edad aún se despistan, entran en el bar con el nieto y le piden al camarero que le ponga una gaseosa de fresa al niño. Quizá lo hagan por nostalgia, por recordar aquellos tiempos de chiquillo en los que era uno de los refrescos más demandados en Linares.

Lo cierto es que esa bebida forma parte de la señas de identidad de la ciudad, como lo puede ser un monumento o una plaza. Se lo debemos a La Inesperada, un negocio familiar creado antes de la Guerra Civil que echó el cierre hace más de una década por problemas económicos.

Fue fundado por Felisa Carrillo Fuente, que bautizó así el negocio porque, al parecer, «le tocó un premio en la Lotería que decidió invertir en una pequeña fábrica de gaseosas, y como había que registrar el nombre le puso La Inesperada, porque era algo que no esperaba», dicen las crónicas.

Publicidad de La Inesperada de la década de los 60.

Si bien es cierto que siguió la senda de otros nombres castizos de la época: La Esperanza (Sierra de Gata), La Revoltosa (Béjar), La Angélica (Ciudad Rodrigo), La Exquisita (Navalmoral de la Mata), Dulcinea (Ciudad Real), La Cenicienta (Madrid), La Antoñita (Valencia de Alcántara), La Pitusa (Rianxo) o El Primor (Cotobade).

Echó a andar en la céntrica calle linarense Corredera de San Marcos una modesta fábrica de refrescos con un concentrado, zumo y sifón, y con los sabores tradicionales de cola, piña o limón, hasta que revolucionó el mercado con la famosa gaseosa de fresa. Un producto que hizo furor en Linares y en el resto del país. 

Junto con La Inesperada, operaba en la localidad minera: Jaldo. Una de sus botellas se vende en el portal malagueño de Antigüedades, Arte, Libros y Coleccionismo todocoleccion.net por 36 euros, porque, según el vendedor, es una ‘rareza’.

También podemos encontrar en la misma web envases de La Inesperada que van de los 9 a los 25 euros. Quizá no parezca mucho, pero cada una de ellas está cargada de historia y nostalgia para todos aquellos nostálgicos de un tiempo quizá más esplendoroso que el actual.

No podemos olvidar de que el refresco de fresa tenía puestas sus miradas en un principio hacia el sector infantil, pero en los últimos años experimentó un incremento en la demanda gracias a las combinaciones que se realizaban con él, principalmente con vino tinto.

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