«Lo que ha hecho aquí Alberto [González] ha sido maravilloso. El Linares era un equipo reconocible, al que daba gusto ver jugar». Óscar Rubén Fernández Romero (Valencia, 1974) es consciente de que, durante un tiempo indeterminado, estará sometido al escrutinio y comparativa permanente de la afición con su predecesor en el cargo.
Las tres temporadas de Alberto González en el conjunto azulillo pesan mucho, tanto en los resultados como en la manera en la que construyó el relato: plantillas de medio pelo a las que exprimió el jugo hasta convertirlas en competitivas en el marco de un contexto económico y deportivo de lo más complicado.
Óscar Fernández, que este martes ha sido presentado de manera oficial como nuevo entrenador azulillo para el curso 23/24, es consciente de que se enfrenta a un desafío. Quizás el más complejo de su carrera deportiva, porque, a diferencia de los filiales (Valencia Mestalla, Atlético de Madrid o Almería) en los que prima la formación y la promoción de jugadores, en este destino se le exigirá resultados desde la primera jornada con la sombra alargada de Alberto González a sus espaldas.
Convivir con esa realidad no es fácil, pero él la acepta con «responsabilidad, ilusión y ganas». Se siente «afortunado» por la oportunidad que le ha brindado la junta directiva, sobre todo en un momento en el que el técnico se encontraba «desubicado» después de su salida de Almería. Por eso, pone especial valor a su llegada y a la manera con la que negociaron su contratación. «Jesús [Medina] y Miguel [de Hita] me miraron a la cara y me hablaron con sinceridad. Te dicen lo que sienten. La idea es seguir creciendo», ha reconocido
Preguntado por su inexperiencia en la Primera Federación, él ha respondido: «¿Qué es la experiencia? Eso mismo dijeron del mejor entrenador de la historia [Guardiola] cuando perdió en Los Pajaritos. He trabajado con talentos, y la vida es un constante aprendizaje«, ha rematado.
A pesar de su último fiasco en el Almería B (noveno en el Grupo IX de Tercera Federación), todo lo que ha apuntado en la rueda de prensa es cierto y en su palmarés hay dos promociones de ascenso a Segunda División, con jugadores de primer nivel y que avalan su profesionalidad. Por lo tanto, sabe muy bien lo que tiene entre manos.
El alma del fútbol, lo que mueve las emociones de las masas, se concentra en la visión amplia que tiene Óscar Fernández del deporte. Quiere que la afición disfrute en Linarejos y asegura que se confeccionará una plantilla solvente, dentro de los medios económicos de los que dispone el club, Lo que pide de ellos es «capacidad y ambición» , la misma que transmite en su discurso. Él se encargará de «gestionar los recursos humanos» para que den lo mejor de sí. «Los futbolistas son los protagonistas. Un entrenador es un formador en cualquier categoría. Hay que ayudarles para que el aficionado venga a disfrutar», ha señalado.
Le gusta tener el control, la gestión de los espacios y el compromiso en el trabajo. Tres factores a los que se suma lo más importante: la ilusión. Firma por una sola temporada.
Fotos: Linares Deportivo
