Los jóvenes no se conforman con la Feria de San Agustín que las autoridades han diseñado para ellos. Creen que no tienen alternativas de ocio que se ajusten a sus posibilidades y, por ello, este martes por la noche protagonizaron una marcha espontánea por el recinto ferial que desembocó en la Caseta Municipal.
La mecha que ha encendido a los adolescentes no es nueva. La raíz del problema está en la supresión de un lugar de reunión y diversión en las fiestas para ellos. Ese espacio, dedicado, principalmente, a la práctica del botellón, está cercado por el Ayuntamiento. Son los Jardines de Doña Luci, en el Paseo de la Ermita. Sin esta zona, los jóvenes se sienten huérfanos y deambulan de caseta en caseta, con el inconveniente de que, al tratarse de menores en muchos casos, no tienen acceso ni medios económicos para estar allí.
La polémica ya saltó el pasado año, una vez normalizada la situación tras la pandemia. Se propusieron varias opciones, pero todas fueron rechazadas, después de que el Ayuntamiento consultara con la Subdelegación del Gobierno y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
El asunto tiene difícil solución, aunque no es exclusivo de Linares. Por lo que respecta al botellón, está prohibido por ley en Andalucía. Los ayuntamientos Sevilla, Almería, Málaga, Algeciras, Córdoba, Granada o Jaén, entre otros muchos, ya lo han eliminado de sus ferias.
La población juvenil exige, de todos modos, que se dé respuesta a sus necesidades de diversión durante las jornadas festivas, como ocurre con otros colectivos. El problema se puede agravar con la llegada del fin de semana y los conciertos de Manuel Carrasco y Quevedo.