Los movimientos del Linares en el mercado invernal tienen buena pinta. El club ha dado una nueva vuelta de tuerca para intentar obra el milagro de la salvación. Para ello, ha dotado al plantel de la experiencia y competitividad que demandaba con la incorporación de cuatro futbolistas que saben perfectamente desenvolverse en situaciones complicadas.
Quizá la contratación de Fran Carnicer sea la que más expectación e ilusión ha generado en la afición al tratarse de un ídolo local por su pertenencia a los colores que ha defendido desde pequeño. Sin embargo, no hay que olvidar la operación del fichaje de Gaspar Panadero, otro profesional con kilómetros a sus espaldas en categorías superiores.
Nacido en la localidad albaceteña de Tarazona hace 26 años, el extremo izquierdo se formó en las secciones inferiores del Albacete y en las últimas temporadas ha militado en Segunda División en el Almería y la Ponferradina, cedido por el Cádiz CF.
Su campaña más prolífica fue la 17/18, cuando jugó veinticinco partidos con los almerienses en Segunda. Las otras temporadas en el Almería su participación fue mucho menor, de ahí que a primeros de este año decidiera marcharse al Qarabağ FK azerí. Allí solo jugó cuatro encuentros en la primera mitad del curso, por lo que el 31 de enero de 2022 fue cedido al AEK Larnaca hasta el mes de junio.
David Campaña ya dispone de la jerarquía que demandada, a la espera de que pueda aterrizar algún fichaje más antes de que acabe el mercado.
Otro que vuelve al club, pero para formar parte del staff técnico es el linarense Gabino Carmona, coach deportivo que se encargará de potenciar el talento y los recursos de los futbolistas. Su labor será apuntalar el aspecto mental para que el colectivo sepa afrontar los momentos difíciles de cada partido. Gabino Carmona, azulillo de cuna, fue una de las piezas clave en el retorno a Segunda B con Torres en el banquillo.