El presidente del Linares, Jesús Medina, ha reivindicado este martes en una rueda de prensa su gestión al frente del club desde que llegó a la Presidencia hace ocho años, mediante de una moción de censura contra su predecesor, Pedro Sáez.
En su alegato, el mandatario ha sacado pecho de sus éxitos, minimizando los desaciertos y defendiendo la transformación en Sociedad Anónima Deportiva (SAD) como única fórmula válida para el sostenimiento económico de la institución.
Jesús Medina se siente cómodo y satisfecho después de ganarle el puso a Miguel Hoyo Nájera, su máximo rival en la lucha por el poder de la entidad, tanto en los tribunales como en el Consejo Superior de Deportes (CSD). «El tiempo pone a cada uno en su sitio», ha asegurado el presidente.
Durante su intervención ante los medios de comunicación, ha relatado el proceso llevado a cabo para el cambio de modelo de gestión y ha afirmado, en este sentido, que está avalado por los socios para garantizar la estabilidad del Linares con vistas al futuro. No en vano, en su opinión, representa una inyección económica que calmará el déficit acumulado -415.000 euros- y dejará las cuentas del club, al final de la temporada, en positivo.
Como en otras ocasiones, Medina, quien atraviesa uno de los momentos más críticos desde su llegada a la Presidencia, ha achacado buena parte de los males financieros a la pandemia, que «mermaron nuestros ingresos» al depender de la venta de entradas, y al hecho de que no disponer de músculo suficiente para sobrevivir en una categoría como la Primera Federación. «Es una competición eminentemente deficitaria», ha lamentado.
Preguntado por las taquillas recaudadas en Copa del Rey, principalmente ante el FC Barcelona, ha dicho que sirvieron para paliar los números rojos que se acumularon durante el estado de emergencia provocado por el Covid 19. Gracias a ello, el club pudo tirar sin engordar aún más la deuda y sin necesidad de que nadie pusiera los 450.000 euros de déficit con los que se hubiera finiquitado ese curso.
Se ha atribuido buena parte del mérito en la consecución de la reforma de Linarejos, por sus continuas reivindicaciones, si bien ha agradecido al Ayuntamiento, personificado en Raúl Caro-Accino y Noelia Justicia, y al malogrado exconsejero de Educación y Deporte, Javier Imbroda, sus esfuerzos para que la ciudad lograra la subvención extraordinaria para acometer la ansiada remodelación del campo.
Sobre el motivo de que más de la mitad del capital social de la SAD, que asciende a 750.000 euros, esté en manos de empresas de fuera -tres de Córdoba y una de Madrid-, Medina ha justificado que esto se debe a que en Linares no se ha encontrado ese respaldo, a pesar de que el linarense Miguel Hoyos, con un 18,6 por ciento de los títulos, se comprometiera ante notario a sanear las arcas de la entidad, con sus entrada como máximo accionista, y «a no vender ésta a nadie».
Precisamente, ha dedicado una parte importante de su discurso a cargar contra el empresario local, al que ha acusado de poner todas las trabas posibles para que no se cerrara la conversión en SAD, al tiempo que censurado «las continuas vejaciones, mentiras, invenciones y barbaridades que está diciendo sobre mí. Al final, verá el trabajo que hemos realizado», ha rematado. Lo que si ha dejado claro es que se va de la Presidencia este año, aunque no ha dicho cuándo.