La falta de espacios verdes y vegetación en los núcleos urbanos es un problema que afecta, y mucho a la salud humana. Y en episodios de calor extremo como los que se viven en Linares, se puede comprobar como su importancia va mucho más allá de ofrecer sombra y rebajar las altas temperaturas.
No es nada nuevo que la falta de espacios verdes unido a la contaminación son nocivos. Lo dice la Organización Mundial de la Salud (OMS) que recomienda la existencia de un espacio verde a una distancia en línea recta de no más de 300 metros de cada domicilio.
En Linares, por ejemplo, el 17,2% de los menores de 0 a 15 años no tiene una zona verde en su vecindario. Así lo indica el Instituto de Cartografía de Andalucía (IECA), en los datos de 2021, del Sistema de Indicadores de Desarrollo Sostenible de Andalucía para la Agenda 2030, en el apartado de Ciudades y Comunidades Sostenibles.
En el caso de los mayores de 65 años ese porcentaje se reduce al 13,1%, mientras que en el cómputo total de la población es del 14,4%, un 5,5% más que en 2019, de acuerdo con los indicadores del IECA.
La localidad minera, pese a ello, está por debajo de la media andaluza que es del 20,7% en el capítulo de ciudades que sufren diariamente la falta de arbolado, arbustos, jardines o parques en su entorno.
Sólo hay que ver que en todo el centro de Linares no hay espacios verdes para la cantidad de población que hay. El parque del ayuntamiento debería haber sido una zona verde, el parque de San Agustín debería haber sido zona verde. La estación de Madrid debería de ser zona verde. La zona verde de la fuente del pisar debería de ser más amplia.
En cambio, tenemos cemento y hormigón, que eso da un calor en verano por las noches impresionante. Tenemos unos gestores de zonas verdes e infantiles que parece que no salen de su pueblo y ven lo que se hace por ahí. (Parque norte Úbeda, ciudad de los niños, parque de las familias)