Ver y escuchar a Miquel Silvestre (Denia, 1968) provoca el recuerdo del aventurero romántico. A los 35 años ya tenía la vida resuelta. Había sido el número uno de su promoción en las oposiciones a registrador de la propiedad de 2003. Era soltero, ganaba más dinero del que gastaba y había alcanzado el que consideraba el cenit de la plenitud laboral.
Estaba tan asentado que veía cómo se acercaban los 40 y temía que su vida no le ofreciera nuevos desafíos, así que acabó por ponérselos él mismo. Se tomó un año sabático y decidió escribir una novela. Para coger un poco de distancia con Madrid, donde vivía, se fue en moto hasta Irlanda y ahí comenzó la leyenda de Miquel Silvestre. Un tipo sencillo, cercano, pero con una experiencia vital que seduce con cada relato.
El valenciano participó este sábado en la ‘Motoferia del Libro’ organizada por el Grupo Moteros Linares, con la colaboración del área de Cultura y de la Biblioteca Municipal Juan Sánchez Caballero. Lo hizo a través de una charla en la capilla del Hospital de los Marqueses que se quedó pequeña para esta cita tan especial.
Allí, relató sus mil y una aventuras por el mundo a los mandos de sus distintas motos. Su forma de expresarse tiene un estilo inconfundible, que no deja indiferente, al igual que sus libros, en los que combina ese aventurero iconoclasta que lleva dentro con su fascinación por la historia.
Con su elocuente narrativa, ha conseguido llegar a millones de lectores a los que les ha contado como ha sobrevivido a diferentes ecosistemas en condiciones extremas y enfrentándose a todo tipo de elementos naturales. Ha empujado sus límites, tanto físicos como mentales, hasta extremos insospechados, pero lo ha vivido de manera natural, como una oportunidad para conocer el planeta y a sí mismo.
Antes de la conferencia en Los Marqueses de Linares, Miquel Silvestre ha inaugurado en la Biblioteca la sección ‘Rutas en moto’, donde ha tenido la oportunidad de intercambiar impresiones con el presidente del colectivo de moteros, Ramón Cerón, y el director de la institución y motero de raza, Luis Ravaneda.
Miquel Silvestre, como hombre curioso, no se quiso ir de Linares sin conocer el yacimiento de Cástulo, donde estuvo acompañado por el director del conjunto Marcelo Castro. «Ha sido una experiencia maravillosa y enormemente enriquecedora. Le estamos muy agradecidos a Miquel por su visita», destaca Ramón Cerón.