La principal razón para creer en la salvación del Linares son las matemáticas. Hasta que estas digan lo contrario, el equipo tiene opciones de mantenerse en Primera Federación. El problema es que con una puntuación tan baja (32 puntos) sus posibilidades se reducen a la mínima expresión. Basta con ver las dos temporadas anteriores para comprender que la situación del Linares es dramática.
El pasado curso ni la Balona ni el Badajoz lograron el objetivo estando en mejor disposición que el Linares. En la jornada 34, el primero estaba a tres puntos de la permanencia, mientras que el segundo a solo uno. Ninguno de los dos salió del pozo.
La temporada anterior, con la salvación final en 48 puntos, en esa misma fecha, el UCAM Murcia, con tres puntos más que el Linares, actualmente, cayó a Segunda Federación, al igual que el Sanluqueño. El Cornellá, por el contrario, se quedó en Primera Federación. Eso sí, el conjunto catalán ganó tres partidos en las últimas cinco jornadas.
¿Entonces, por qué creer?
Dejando a un lado los datos, que invitan poco al optimismo, todo pasa por ganar en el Nuevo Colombino. No vale otro marcador que regresar a Linarejos con los tres puntos. A partir de ahí, creer en la mejoría del colectivo de la mano de Romerito que ha hecho del Linares un conjunto más fiable en la práctica del fútbol.
Otro motivo es el compromiso de los jugadores. Luego, y no menos importante, la fe de la hinchada azulilla, cuyo ánimo desempeña un papel de alta relevancia. Por último, tener la suerte de cara que siempre es necesaria cuando se lucha por un objetivo.
