«Yo he leído durante toda mi vida», dice, «hasta convertirse en un vicio», remata Juan Francisco Castro (Linares, 1963). Pero no ha sido hasta alcanzados los 60 años cuando trasladó al papel todo el torrente de ideas que pululaban por su cabeza. Lo hizo de madrugada, para evitar distracciones y por los problemas de sueño que sufre. Y buscó en el cajón de los recuerdos la historia perfecta para lanzarse a la aventura de escribir.
Juan Francisco Castro, por motivos laborales residió en Segovia entre 1985 y 1989. Allí, en sus largos paseos por la ciudad, descubrió rincones y lugares tan seductores que dieron lugar a ‘Todo se fue’, un libro, como define el propio autor, de «amistad, amor, pasión sin límites, sensualidad extrema, erotismo, sexo explícito, drama y tragedia». Es decir, una epopeya contemporánea que arranca en abril de 2018 con el encuentro fortuito de dos amigos, Víctor y Daniel.
A partir de ese momento, se desata la laboriosa construcción de ‘Todo se fue’, en la que Juan Francisco Castro, lejos de lo que pueda parecer, emplea un lenguaje sencillo, nada grandilocuente ni rebuscado. Tampoco cae en la desfachatez ni en lo obsceno.
La descripción de los personajes es tenaz; juega con el lector desde un punto de vista personal. De ahí, el éxito de público su primera novela que fue presentada el pasado 6 de octubre en el Centro Cívico de La Albuera, barrio en el que vivió el escritor durante su estancia en Segovia.
Este jueves hará lo propio en su ciudad natal. Será en El Pósito a partir de las 19:30 horas. Le acompañará en el acto otro linarense de excepción, el veterano periodista de Onda Cero, Pepe Cortés. A la conclusión de las intervenciones, habrá un tiempo para el intercambio de preguntas y respuestas, un debate, sobre una obra que deslumbra por la pasión que hay en ella y por los sentimientos que destila en cada párrafo.
Muy buen artículo y trabajado.
Espero que el acto esté a la altura de los asistentes y que la novela continúe gustando tanto como lo está haciendo hasta ahora. Hace sentir.
Gracias Javier.
Qué pena no poder ir. También soy linarense y resido en Segovia.