Hay conciertos que funcionan por sí mismos y el público los complementa para que la satisfacción sea máxima. Sin ir más lejos, el de Carlos Escobedo en el ciclo de los Atardeceres de Burgalimar. El cantante, bajista y compositor de Sôber, una de las bandas más populares del metal de la década pasada, conectó desde el principio con el auditorio.
Expuesto como mantel para hacer un picnic emocional, la activación de los recuerdos de los allí presentes, se convirtió en la clave del espectáculo, que funcionó como un pase de dispositivas con los colores diluidos por el tiempo, paradójicamente sin necesidad alguna de potencia eléctrica.
Se desnudó y sinceró artísticamente ante su público, acompañado de Carlos Clerencia (Cello) y Raúl Perona (piano y guitarra). Y lo hizo con una puesta en escena acústica, cálida e intimista. Nada que decir de un repertorio sensacional, con auténticos temazos como ‘Vulcano’, ‘Blanca Nieve’, ‘Tic-Tac’ y ‘Eternidad’, entre otros. Fue un Carlos Escobedo ‘en estado puro’ que envolvió de magia la fortaleza bañusca.
Atardeceres de Burgalimar se despide de la mejor manera posible, después de triunfar con Pachi García ‘Alis’ y el humorista Guelmi. Esta edición de 2024 deja el listón muy alto. «Hemos trabajado duro para seguir mejorando. Seguimos observando, seguimos escuchando para crecer», expresa el alcalde, Antonio las Heras, quien reconoce: «Ha sido una edición importantísima, con una afluencia de público increíble, que nos sitúa como una referencia cultural de la provincia», subraya.
Fotos: Alfonso Delgado Donaire