Los vecinos de la Estación Linares-Baeza aún no se creen la pérdida repentina de Salvador Cañones Gámez, el impulsor de la constitución de la pedanía en Entidad Local Autónoma (ELA) en 1986. El que fuera el último alcalde estacionero (PSOE) antes de este hito, ha fallecido este sábado a los 75 años de edad a causa de un fallo cardiaco.
La historia contemporánea de la Estación Linares-Baeza no se puede entender sin la presencia de Salvador Cañones, un hombre «absolutamente excepcional» que encabezó la tramitación de la ELA desde sus inicios hasta el acuerdo del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía del 19 de marzo de 1986 por el que la Estación dejaba de atrás la barriada de Los Linarejos para convertirse en dueña de su destino como entidad autónoma.
Un proceso que no fue nada sencillo, lleno de obstáculos burocráticos, negociaciones y continuos viajes a Sevilla para que el entonces presidente de la Junta, José Rodríguez de la Borbolla, atendiera esta antigua reivindicación de los estacioneros.
En este complejo periplo estuvo acompañado por una junta gestora conformada por Salvador Cañones, Salvador Pérez, Joaquín Jódar, José Luis Martínez y Pedro García (secretario). Él era el último de todos ellos que quedaba vivo y el único que pudo asistir al acto de proclamación de la Plaza 19 de marzo, en la que sus vecinos le rindieron un más que merecido homenaje por aquel histórico logro.
Salvador Cañones, que consiguió la ELA con Alfredo Catalán García como alcalde de Linares, deja un profundo vacío en la sociedad de la Estación Linares-Baeza, donde era uno de sus principales activos. Siempre antepuso los intereses de su pueblo a los del partido. Jubilado de Santana Motor, era, además, un pozo de sabiduría de la historia, tradiciones y costumbres locales y del mundo ferroviario.
«Dedicó su vida en cuerpo y alma a la Estación. No tengo palabras para describir el profundo pesar que siente la Corporación y este alcalde por su fallecimiento. Se nos va un hombre honesto, honrado, sencillo», destaca el regidor de la Estación, Melchor Villalba.
«Salvador Cañones no solo era un vecino ejemplar, imaginativo, creativo, entregado, rebuscador de historias y ángulos diferentes para mejorar la vida del pueblo, sino sobre todo una persona ilusionada, alegre, generosa, que contagiaba su disposición vital para sacar siempre de cada día, de cada minuto, lo mejor posible. En público y en privado», remata Villalba en declaraciones a este periódico.
El Ayuntamiento estacionero ha decretado un día de luto oficial para este domingo, 6 de octubre, en el que las banderas del Consistorio ondearán a media asta en señal de duelo por el fallecimiento del exalcalde.
