Para las nuevas generaciones de linarenses, el sobrenombre de ‘Polonio’ les suene a chino. Pero si le preguntan a sus padres o abuelos seguro que encontrarán la respuesta de quién era ese hombre que bailaba flamenco vestido de manera estrafalaria en la puerta del antiguo Simago, siempre acompañado de su perro fiel.
Realmente se llamaba Lucas Apolonio Rodríguez y durante buena parte del siglo pasado que formó parte del paisaje urbano de Linares. Querido por su población, que cada vez que lo veía no dudaba en echarle una mano a cambio de una coplilla y una sonrisa.
‘Polonio’ ha sido representado de distintas maneras, principalmente en fotografías y pinturas, pero poco han recogido la esencia del personaje como Bartolomé Montes que ha modelado con cartón reciclado sin escatimar en detalles. «La responsabilidad fue enorme porque es uno de los rostros más queridos y conocidos de la ciudad», relata el autor.
Bartolomé Montes se formó en Úbeda y en Granada, donde adquirió los conocimientos suficientes para dar rienda suela a su imaginación. Siempre le tiró la escultura. Empezó, como la mayoría, con el barro para ir, poco a poco, descubriendo otros materiales, como el cartón con el que lleva trabajando más de 20 años. «Es un material barato, ligero, ecológico y que, además, no hace ruido».
Disruptivo. Innovador. Curioso. Sensible. La creatividad del artista linarense es ilimitada. De sus manos han salido todo tipo de personajes famosos que pertenecen al imaginario colectivo, como Tino Casal, Diana de Gales, Miguel Hernández, Unamuno, ‘El Nota’, que interpreta Jeff Bridges en la cinta de los hermanos Cohen ‘El gran Lebowski’, Freddy Mercury o Sergio Ramos, al que le entregó en persona su obra.
Ahora está en pleno proceso de investigación con el corcho blanco. Está iniciándose, aunque los primeros trabajos siguen adentrándose en un mundo de composiciones sinuosas y detallismo llevado hasta la máxima expresión.
De la experimentación con los materiales surgen los elogios a Bartolomé Montes y de su capacidad para autoimponerse aquello de no caer en la comodidad, no repetirse, y descubrir todas las posibilidades.
Fotos: Bartolomé Sánchez