Romerito y Pedro Díaz, tan lejos y tan cerca

Compañeros en el Linares que deslumbró en la primera década del siglo XXI, el domingo se ven las caras como entrenadores de dos equipos con objetivos opuestos

Por:Javier Esturillo
Romerito y Pedro Díaz. Fotos: RB Linense y Linares Deportivo SAD

No hace mucho tiempo, aunque lo parezca, hubo un Linares cuyo once se sabían los aficionados de carrerilla. Dos de los indiscutibles en esa alineación eran Romerito y Pedro Díaz. Formaban parte de un colectivo que sigue siendo recordado por la hinchada azulilla, a pesar de quedarse a las puertas del ascenso a Segunda División.

Su manera de entender el fútbol, la calidad de los jugadores y la camaradería del vestuario llevó al Linares a vivir una época dorada antes de su refundación a finales de la primera década del siglo XXI. Mucho ha llovido desde entonces. Ahora, el pivote sevillano entrena a la Real Balompédica Linense, mientras que el extremo talaverano hace lo propio en el Linares.

Este domingo, en el Municipal de La Línea de la Concepción, ambos se reencontrarán, aunque con objetivos completamente opuestos. Romerito está con la soga al cuello, después de una dinámica de cuatro derrotas consecutivas desde que se hizo cargo del plantel hace un mes. Frente a su exequipo, al que no logró salvar del descenso a Segunda Federación el pasado curso, se juega su última bala para mantener viva una mínima esperanza de alcanzar, como mal menor el play out.

La Balona se encuentra al borde del colapso. A falta de tres jornadas para el final del campeonato, el equipo ocupa la antepenúltima posición y está a siete puntos de la permanencia. Un margen que, si no se recorta esta jornada, podría confirmar matemáticamente la perdida de categoría. No solo una derrota puede sellar el descenso. Incluso un empate podría bastar para que el Linense regrese a Tercera Federación quince años después. Es decir, solo le vale ganar y esperar que el resto de resultados le acompañen.

En cambio, Pedro Díaz llega a esta dramática cita para Romerito con los deberes hechos y la posibilidad de pelear hasta el final por un puesto en la promoción de ascenso o en la próxima edición de la Copa del Rey. El técnico manchego puede convertirse en verdugo de su antiguo compañero en el césped de Linarejos.

Tan lejos y tan cerca. El destino ha querido que este domingo (12 horas) dos futbolistas que hicieron vibrar a la afición minera hasta la extenuación decidan su futuro de sus respectivos equipos en un partido cruel, a cara de perro. Pedro Díaz tiene el consuelo que ha cumplido con creces el objetivo que se le encomendó cuando sustituyó a José Antonio Milla. Romerito, por el contrario, puede pagar los platos rotos de una Balona que, desde el principio del campeonato, dio muestras de debilidad, a pesar de partir como uno de los candidatos al salto a Primera Federación.

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