Las naves vacías y obsoletas de la antigua factoría de Santana Motor han representado la mejor metáfora del declive que experimentó Linares desde su cierre, en febrero de 2011. La ciudad, que durante décadas fue un polo industrial en torno a la fabricación automovilística tras un glorioso pasado minero, comienza a ver un horizonte más próspero después de los acuerdos suscritos para la reactivación del recinto.
Los detalles cuentan. Y uno que ya es visible en el recinto es el cambio de denominación y de imagen corporativa. Atrás queda Parque Empresarial Santana. A partir de ahora, se le conocerá como Parque Científico Tecnológico del Transporte Santana tras su reciente incorporación a la red que engloba a los parques científico-tecnológicos andaluces.
Cuenta ya con una nueva señalética que le confiere una imagen corporativa homogénea y moderna, pero que mantiene la identidad de la señera fábrica de coches que durante años fue el motor económico de la ciudad y su comarca. Se trata de un paso más en la modernización de un área industrial en el que, dentro de poco, se implantarán empresas vinculadas al sector del motor y de la defensa.
El flamante logotipo, de color verde con el emblemático símbolo de Santana en el centro en blanco, se está colocando en todo el frontal del muro perimetral del sitio y pronto lucirá en la torreta ubicada en la rotonda de acceso con el fin de conferir al parque de una identidad propia y exclusiva.
El Ayuntamiento de Linares sigue, de este modo, mejorando y desarrollando nuevos proyectos en esta zona industrial, en la que por su posición estratégica se espera que genere, como antaño, riqueza y progreso al municipio y a la provincia.
De momento, las noticias que llegan no pueden ser más positivas, con una serie de alianzas estratégicas, como la firmada por Santana Motors con Zhengzhou Nissan Automobile, joint venture formada por Dongfeng Motor y Nissan, y Anhui Coronet. Habrá una inversión inicial de cinco millones de euros y la promesa de crear hasta 200 puestos de trabajo.