Los ‘Mallarines’ y los ‘Sanitos’ llevan años buscándose las cosquillas. Mantienen una relación de hostilidad que de vez en cuando sale a relucir a base de tiros. Poco a poco la hipótesis de la venganza entre estos clanes rivales toma peso en las investigaciones por los tiroteos ocurridos esta madrugada y en la noche del martes en El Cerro.
Durante toda la mañana, la Policía Nacional ha estado desplegada en el entorno donde confluyen las calles Jaula, Martinete y Alberto Lagarde Abellán con un importante operativo en el que han participado varios departamentos de la Comisaría.
Agentes de las unidades de Seguridad Ciudadana, Científica, Judicial y el Grupo de Estupefacientes no han parado ni un segundo en la zona con la inspección ocular de los impactos en las fachadas de la viviendas, recogiendo pruebas y recabando información de testigos presenciales y miembros de ambas familias. Como resultado de las pesquisas, tres personas han sido detenidas, y no se descartan nuevos arrestos.

Los hechos ocurrieron sobre las 00,40 horas, cuando en el teléfono 1-1-2 se recibieron «varios avisos sobre una pelea multitudinaria con disparos» en la calle Alberto Lagarde Abellán.
Inmediatamente, se dio aviso a Policía Local y Nacional, desde las que se comunicó que, a su llegada al lugar, «no había nadie» ya. No obstante, tuvieron que volver, puesto que a las 2,15 horas hubo nuevos avisos explicando que «se estaba repitiendo la situación».
Los agentes de ambos cuerpos policiales trasladaron, igualmente, que «se había dispersado la pelea cuando llegaron», además de añadir que no había personas heridas.

Rivalidad
Los ‘Mallarines’, tradicionalmente enfrentados con los ‘Pikikis’ a raíz del asesinato de Antonio Mallarín de un disparo en la cabeza en febrero de 2006, son uno de los clanes más temidos en El Cerro, barrio de la periferia linarense en la que reina el desempleo, la marginalidad y el tráfico de drogas.
En abril de 2019, los ‘Mallarines’ y los ‘Saitos’ protagonizaron otro tiroteo en esta zona deprimida de Linares, al parecer por el impago de una deuda. Aquella escaramuza entre ambas familias acabó con seis detenidos. Cada cierto tiempo, sacan a pasear las armas, algunas de ellas fusiles de asalto, para cobrarse viejas rencillas.
La Policía ha realizado registros y espectaculares operaciones contra el narcotráfico en la barriada, pero la enemistad están enquistada y muchos vecinos temen que «acabe en sangre».