El colectivo arbitral siempre ha estado en el centro de la diana de las críticas de clubes, entrenadores, jugadores y aficionados. Pocos colegiados se han librado de los insultos de la grada que, en algunos casos, han acabado en agresión. Las redes sociales y determinados medios han amplificado el alcance y el impacto de las polémicas arbitrales, dando rienda suelta a todo tipo de descalificaciones.
El fútbol ha marcado la vida de Carla Antúnez Casas desde que era una niña. Su padre pasó la cantera del Barça, el Espanyol o el Europa. Ella nació en Barcelona, pero llegó a Linares cuando era aún muy pequeña. Antes de coger el silbato, práctico baloncesto para, más tarde, pasarse a las canchas de fútbol para defender la elástica azulilla.
Su existencia gira en torno a su pasión por el balompié hasta convertirlo en un «estilo de vida». No concibe un día sin entrenamiento o sin perfeccionar sus conocimientos como colegiada. Dedica el tiempo que haga falta a prepararse física y técnicamente para superarse a sí misma en cada partido.
También critica, sin pelos en la lengua, las faltas de respeto que sufre en muchas jornadas por parte de jugadores, entrenadores y desde la grada, fundamentalmente de los padres. Por eso, en pleno inicio de temporada, ha querido lanzar un mensaje en la red social X (antiguo Twitter) para recordar de que, además de árbitra, es una persona, con unos valores y unos principios que aplica en cada encuentro, ya sea sénior masculino, femenino o categorías inferiores.
«Me encanta arbitrar. Me encanta formar parte del partido más importante para ti y me encanta formarme a base de educación, respeto y deportividad«, reclama en su publicación, en la que recuerda de igual manera que por saludar a un jugador «no significa que vaya a pitar a su favor», porque «me da igual quién gane», afirma.
Ser árbitra supone tener la piel dura, aunque Carla está cansada de que cuestionen su formación como juez deportiva. «Parece ser que la gente se sabe mejor el reglamento que yo«, lamenta en el escrito. En este sentido, recuerda que ella disfruta con los niños pequeños, a los que prefiere atar los cordones de las botas como gesto de educación y respeto antes que pitar. «Soy humana y árbitra de fútbol», concluye su mensaje que ha sido muy aplaudido por los usuarios X, que no han dejado de animarla para que no desfallezca y siga por el camino del arbitraje.
Todo ha empezado con esta reflexión de la propia Carla: «Lo que pienso en todos los partidos cuando me dicen: ¡qué mala la arbi, seguro que va con ellos!». Este curso volverá a dirigir encuentros en en la Primera Andaluza jiennense masculina y en la Segunda Federación femenina, y seguirá como asistente en la División de Honor masculina.
Lo que pienso en todos los partidos cuando me dicen: ¡qué mala la arbi, seguro que va con ellos! pic.twitter.com/lakmhuutX7
— Carla Antúnez Casas (@Carla6998) September 3, 2025
