Javier González Vilaseca es uno de los canteranos del Linares que tuvieron que coger las maletas para labrarse un futuro lejos de casa. El eligió la provincia de Granada para hacerse un nombre en el mundo del fútbol. Allí, este lunes le ha sonreído la suerte en el sorteo de la Copa del Rey, en el que la Unión Derportiva Maracena, equipo al que entrena, ha quedado emparejado con el Valencia CF en la primera eliminatoria, a partido único, en el campo del conjunto granadino.
Vilaseca llegó este verano del club maracenero, un clásico del Grupo IX Tercera División, procedente de otro histórico del balompié granadino, el Vandalia de Peligros, donde estuvo dos cursos. Comenzó en los banquillos en las categorías inferiores del Arenas de Armilla, luego pasó por el Cubillas de Albolote y por el Atarfe Industrial, ambos en la Primera Andaluza de Granada.
El técnico linarense, que fue futbolista del Maracena en las temporadas 16/17 y 17/18, vive su primera experiencia en la División de Honor andaluza y ya ha hecho historia en su nuevo club, al clasificarse para la Copa del Rey después de deshacerse en la fase autonómica del Sporting de Ceuta.
El pasado de Javi Vilaseca en el Linares también guarda recursos imborrables, como el ansiado regreso a categoría nacional, en aquella fratricida eliminatoria frente al Huércal de Almería. Con anterioridad, también logró éxitos importantes en el Yeclano y el Caravaca, en la Región de Murcia.
Fue uno de los muchos jugadores formados en la cantera azulilla a los que Antonio José García, ‘Torres’, reclutó para el equipo en tiempos de escasez económica. Permaneció en la plantilla minera hasta el curso 14/15, cuando decidió marcharse al Villacarrillo. Posteriormente, defendería la camiseta del Martos hasta su regreso a la provincia de Granada, a la que siempre ha estado vinculado.
Javi Vilaseca siempre ha dado muestras públicas de su sentimiento azulillo, que le viene, además, de familia, puesto que su tío, José Antonio Vilaseca, fue una de las perlas de la cantera del Linares a finales de la década de los 80.
De hecho, se ganó un puesto en el primer equipo en la campaña 89/90, con Tolo Plaza al frente del plantel. Su calidad no pasó desapercibida para los ojeadores del Real Madrid y, dos cursos después, debutó en Segunda A con el Castilla. Una grave lesión con el filial blanco marcó su carrera, aunque jugó en equipos de la talla del Leganés, Recreativo de Huelva, Granada CF, Ponferradina o Motril CF, entre otros.
