José Miguel Chico López (Linares, 1967) ha escrito una nueva página en su fecunda carrera como artista. Este linarense afincado en Granada, donde es profesor en la Facultad de Bellas Artes, acaba de obtener el segundo premio en el XXVII Certamen de Dibujo Gregorio Prieto por su obra ‘Paisaje mediterráneo’.
Su trabajo puede verse, hasta el 25 de enero, en el museo que lleva el nombre del extraordinario pintor manchego, en su Valdepeñas natal, junto con las 43 obras seleccionadas entre las 819 presentadas por 559 artistas a la edición de este año, que ha conquistado Sebastián Bona (Rufino, Argentina, 1987) por el cuadro ‘¿Qué parte salvaje de mí actúa antes que mi voluntad?’.
La obra de Chico López, realizada con carboncillo, tinta y barniz sobre papel, crea geometrías intuitivas que simulan algoritmos humanos, reflejando la tensión entre lo maquínico, lo posthumano y la frustración del futuro esperado. Una línea argumental que marca su sólida trayectoria artística con más de un centenar de exposiciones, tanto colectivas como individuales, en espacios nacionales e internacionales de referencia.
Doctor en Historia y Artes por la Universidad de Granada, donde compagina las clases con su faceta de investigador, Chico López ha presentado su obra en ferias de arte contemporáneo y centros culturales en diferentes salas en España, y ha explorado también el lenguaje de la vídeo-performance en instituciones como el Centro José Guerrero de la capital granadina, según una nota de la UGR.

Un premio con mucho prestigio
Es el premio de dibujo más antiguo y mejor dotado del país y forma parte del legado de Gregorio Prieto, el artista plástico de la Generación del 27, llamado el ‘poeta de la línea’. El certamen mantiene vivo el propósito del autor valdepeñero de ofrecer una plataforma para los artistas contemporáneos, reafirmando desde Castilla-La Mancha su papel como referente nacional en el impulso del dibujo como forma de creación y pensamiento.
El jurado de este año —presidido por Juan Manuel Martín Robles e integrado por profesionales del mundo del arte— ha destacado la alta calidad y diversidad técnica de las obras seleccionadas. Las propuestas abarcan desde el realismo detallado hasta lenguajes conceptuales que incorporan medios digitales, sin perder el oficio tradicional del trazo.
Las dos obras premiadas pasarán a formar parte de los fondos del museo, enriqueciendo una colección comprometida con el dibujo como lenguaje vivo, experimental y expresivo.