Linarenses que dieron su vida por la fe en tiempos de guerra

La Diócesis de Jaén celebra este sábado la beatificación de 124 fieles martirizados durante la Guerra Civil, muchos de ellos nacidos en Linares o vinculados a la ciudad minera

Por:Javier Esturillo
Pedro María Sandoica y Granados, Antonio Cobo Muñoz, Antonio María Carrillo Pérez y Manuel Ramírez González. Fotos: Diócesis de Jaén

Murieron en la Guerra Civil por su fe. Unos 6.500 curas y religiosos, aparte de miles y miles de seglares, fueron perseguidos hasta la muerte en la zona republica. La Diócesis de Jaén celebra este sábado la beatificación de 109 sacerdotes, 14 laicos y una clarisa martirizados durante el conflicto que partió a España en dos.

La ceremonia de beatificación será presidida por el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, y tendrá lugar en la Catedral de Jaén (11 horas), donde algunos de los nuevos beatos pasaron los últimos días antes de ser asesinados por odio a la fe. El papa León XIV aprobó, el pasado mes de junio, su subida a los altares tras una largo proceso.

Entre esos 124 nuevos beatos, fusilados in odium fidei entre 1936 y 1938, existe un grupo de linarenses o de católicos vinculados a la ciudad minera. Durante mucho tiempo sus figuras quedaron relegadas al olvido y cubiertas de un velo de recuerdo que este 13 de diciembre se retirará para que sean reconocidos por la Iglesia universal.

Los cinco mártires linarenses que subirán a los altares son Pedro María Sandoica y Granados, Antonio Cobo Muñoz, Antonio María Carrillo Pérez, Manuel Ramírez González y Antonio del Castillo García, a los que se les suman otros jiennenses que ejercieron su fe o fueron asesinados en el municipio en esos años, como Matías Molina de la Poza, Juan Fernando Pardo Navarro, Antonio Lara Pardo, Manuel Miranda Ruiz, Manuel Molina Estepa o Marcos García Ortiz, según el directorio en línea habilitado por la Diócesis de Jaén y consultado por este periódico.

Segunda jornada del triduo preparatorio para la beatificación de los 124 mártires jiennenses. Foto: Diócesis de Jaén

El médico que promulgaba la justicia social

Sus vidas quedaron truncadas en la guerra, pero queda su legado. Uno de los más conmovedores es el de Pedro Sandoica y Granados. Nació en Linares en 1877 en el seno de una familia acomodada y de una fuerte tradición cristiana, recibiendo desde niño la influencia religiosa de mano de sus padres. Fue médico en Linares y en Baeza, pero donde realmente participó de manera activa en la defensa de los más pobres y de las justicia social de la clase obrera fue en Villargordo.

Comprometido con tareas apostólicas y de piedad, fomentó la devoción al Santísimo Sacramento y al Sagrado Corazón de Jesús. Casado y sin descendencia, fue detenido e 23 de septiembre de 1936 en su propio domicilio. Dos días después, durante el trayecto para ser trasladado a una cárcel de Madrid, la furgoneta en la que iba se desvió hacia Mengíbar y en el denominado ‘Puente del Salado’, tras perdonar a sus verdugos y gritar de ¡Viva Cristo Rey! antes de caer abatido. Tenía 60 años.

De esos cinco linarenses el más joven era Manuel Ramírez González. Nació en 1902 y fue bautizado en la parroquia de Santa María. Recibió el presbiterado en 1928. Ejerció su ministerio en la ciudad de Andújar, donde era feligrés de la parroquia de San Miguel y coadjutor de la de Santa María.

Monseñor Sebastián Chico durante el triduo. Foto: Diócesis de Jaén

«Su sangre se ha convertido en semilla que alimenta la fe»

El obispo de Jaén, Sebastián Chico Martínez, expone, en la carta pastoral publicada con motivo de esta beatificación, que «su sangre, lejos de ser estéril, se ha convertido en semilla fecunda que alimenta hoy la fe de nuestras parroquias, comunidades, familias y cofradías y nos impulsa a vivir más hondamente el Cristo para ser, también nosotros, testigos de esperanza en medio del mundo».

Comparte también una reflexión sobre el sentido teológico del martirio, que resume como «la victoria del amor y la plenitud de la esperanza». Para Chico, cada mártir «ha sido una gracia de Dios para la Iglesia y un rico legado de caridad y esperanza que debemos conocer y conservar», destaca.

Beatificados de Linares o relacionados con la ciudad

  • Juan Fernando Pardo Navarra ( 1869-1936), 67 años, sacerdote diocesano. Párroco de Santa María y arcipreste de Linares, fue asesinado el 18 de septiembre de 1936.
  • Antonio Lara Pardo (1897-1936), 39 años, sacerdote diocesano. Vicario parroquial de Santa María de Linares, fue asesinado el 18 de septiembre de 1936.
  • Manuel Miranda Ruiz (1878-1936), 58 años, sacerdote diocesano. Capellán de Arrayanes y confesor de las Hijas de la Caridad en Linares, fue asesinado el 18 de septiembre de 1936.
  • Antonio Cobo Muñoz (1898-1936), 38 años, laico. Fundador y presidente de Acción Católica en Linares. Fue arrestado en la iglesia por milicianos y asesinado el 18 de septiembre de 1936.
  • Rafael Andrés Traver (1887-1936), 49 años, laico. Miembro de Acción Católica. Fue fusilado en Linares el 18 de septiembre de 1936.
  • Manuel Molina Estepa (1878-1936), 58 años, sacerdote diocesano. Párroco de San Francisco de Asís en Linares, asesinado el 19 de agosto de 1936.
  • Antonio del Castillo García (1893-1936), 43 años, sacerdote diocesano. Vicepárroco de Santa María de Linares, fue asesinado el 18 de agosto de 1936.
  • Marcos García Ortiz (1906-1937), de 31 años, sacerdote diocesano. Párroco de Higuera de Calatrava, fue asesinado antes del 22 de mayo de 1937.
  • Alberto Pancorbo Solís (1866-1936), 70 años, sacerdote diocesano. Capellán del hospital Marqueses de Linares, fue asesinado en septiembre de 1936, probablemente el 27 del mismo mes.
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