El Linares no mejora ni las sensaciones ni los números que hace un año. Se marcha de vacaciones sin terminar de convencer a su hinchada y con numerosos deberes para corregir los errores infantiles que definen su irregular trayectoria en la competición.
El equipo de Pedro Díaz suma 22 puntos, uno más que en la fecha dieciséis que el pasado curso, en la misma posición, decimosegunda, pero con el descenso a Tercera Federación más cerca, a solo dos puntos. Es decir, la vida sigue igual para un plantel que, al igual que el ejercicio anterior, ofrece muy pocas prestaciones. Incluso, en algunos aspectos es peor, como en casa, donde solo ha sumado nueve puntos.
De momento, y a un partido de cerrar la primera vuelta, no existen motivos para el optimismo. La mejoría y la consistencia en el juego sigue siendo insuficiente para aspirar a algo más que no pelear para lograr la permanencia lo antes posible.
A excepción de encuentros puntuales, el colectivo ha confirmado la necesidad de reforzar determinadas posiciones, tanto en defensa como en la línea de medios para producir fútbol. El problema radica en los escasos recursos económicos de los que dispone el club para acudir al mercado de invierno y apuntar la plantilla con jugadores de nivel o del deseo del propio Pedro Díaz.
La comparativa con el año pasado y otros anteriores, dejan claro que la gestión deportiva sigue siendo deficiente, puesto que no cubre las expectativas del peso de la historia y la masa social del Linares.
A la vuelta del descanso navideño, el conjunto de Pedro Díaz afrontará un mes de enero clave para escalar en la tabla o, por el contrario, estancarse en la zona peligrosa. Empezará el año recibiendo en Linarejos a la Unión Deportiva Melilla, para luego viajar al campo del líder, el Águilas CF. Posteriormente, tendrá dos partidos seguidos en casa, frente al Almería B y el Yeclano Deportivo, ambos de su Liga.