Un pueblo parece que no es pueblo si no tiene señas de identidad. Por ejemplo, una bandera y un escudo con los que poder identificarse. Banderas que sirven para lucir en los balcones de los ayuntamientos, escudos para documentos oficiales o ambas cosas para poder mostrar en redes sociales, incluso en camisetas de equipos de fútbol. Ejemplos hay muchos.
Símbolos institucionales con un enorme carga de profundidad emocional para los casi 1.300 habitantes de la Estación Linares-Baeza, que cierra 2025 con bandera y escudo propio después de que, el pasado mes de noviembre, la Junta de Andalucía publicara en el BOJA la resolución que autoriza la inscripción de ambos distintivos en el Registro Andaluz de Entidades Locales (RAEL)
Esta confirmación llega en pleno proceso de transformación de la Estación Linares-Baeza y a las puertas de conmemorar el 40 aniversario de la declaración de su autonomía.
Desprendido de estigmas, muchos de ellos basados en relatos infundados, y con un proyecto de pueblo más que consolidado, en apenas dos años y medio, el decreto del Gobierno andaluz representa, en palabras del alcalde, Melchor Villalba, reafirmar «el sentimiento de pertenencia a un lugar». «Lo podemos decir bien claro y orgullosos: somos estacioneros y estacioneras», asevera el regidor.

Atrás queda un proceso consultivo que dio como resultado una simbología propia, que descansa en los antecedentes históricos del territorio. Así, escudo está cuartelado en cruz e integra cuatro elementos representativos del pasado y del entorno de la ELA:
- Primer cuartel: fondo verde con una franja roja en representación del río Guadalimar (que significa río rojo) y una espiga de trigo, por los campos que rodean la ELA.
- Segundo cuartel: fondo burdeos con dos llaves cruzadas de plata y oro, las de San Pedro, patrón de la localidad.
- Tercer cuartel: fondo burdeos con una cigüeña, un ave que acompaña a los estacioneros desde tiempos inmemoriales.
- Cuarto cuartel: fondo verde con una máquina de tren, santo y seña de esta entidad vinculada al ferrocarril desde su nacimiento.
Por su parte, la enseña es de tipo rectangular, de proporciones 1:2, dividida diagonalmente desde el ángulo inferior del asta hasta el superior del batiente. La parte superior es de color verde (en honor al aceite de oliva) y la inferior burdeos (de nuevo en referencia al río Guadalimar), integrando en el centro el escudo recién aprobado.
«Siento una gran alegría como alcalde, pero, sobre todo, como estacionero. Este hito es un logro de todos los que conformamos esta comunidad. Nos da aliento para construir un futuro mejor y para revitalizar un pueblo maravilloso», señala Melchor Villalba a este periódico.