Nadie imagina la ebullición constante que se vive dentro de las peñas flamencas de Linares. El zapateado de bailaores y las voces de los cantaores se mezclan al compás de unas soleás, seguiriyas, fandangos y, por supuesto, la taranta. Todos los lenguajes del flamenco confluyen en la ciudad minera.
Consciente de ello, y tras dos años de parálisis presencial debido a la pandemia, el área de Cultura echa toda la carne en el asador para diseñar una programación de verano y un Concurso Nacional de Tarantas a la altura de la capital flamenca de la provincia. «El flamenco no es únicamente un estilo musical, es una forma de arte. En Linares lo sabemos muy bien y podemos presumir de ello, pero es necesario apostar por nuestras peñas y colectivos para impulsar algo tan arraigado a la historia de la ciudad», señala la concejal del ramo, Ángeles Isac, quien añade: «Vamos a apostar por lo local, por nuestra gente y nuestros escenarios».
La dirigente municipal ha mantenido esta semana, precisamente, una reunión con los peñistas para definir el calendario de actividades ligadas al flamenco para la época estival, así como la próxima edición del certamen que ha dado fama internacional al municipio a través de su cante más señero: la taranta. «Estamos tremendamente ilusionados con poder ofrecer al público un concurso como se merece Linares. Nos queda mucho trabajo por delante, pero vamos a luchar para satisfacer los deseos de los aficionados a este palo del flamenco», subraya Isac.