Cuatro jornadas para alcanzar la gloria

El Linares, que ocupa su mejor posición del curso, medirá sus posibilidades de ascenso con el San Fernando, Linense, Sabadell y Sevilla Atlético

Por:Javier Esturillo
Carracedo celebra el tanto anotado desde el punto de penalti en La Condomina.

El Linares ha perdido su condición de anónimo. Nadie lo diría hace unos meses, cuando el equipo, hundido en la clasificación, era pasto de las llamas del infierno del descenso. Su fortaleza en casa, donde no pierde desde el 29 de octubre, y la recuperación táctica, física y anímica de la plantilla han hecho que a cuatro jornadas para el final de la competición, el equipo esté en disposición de luchar con los mejores por una plaza para disputar las eliminatorias por el ascenso a Segunda División.

Llegada la fase decisiva del campeonato, no necesita el Linares la mejor versión de sus hombres de ataque porque se asienta como un equipo coral, un combo con un once definido en el que las agregaciones que llegan desde el banquillo también aportan e introducen matices que ayudan a gestionar los partidos.

Carracedo dispara a bocajarro en el partido ante el UCAM Murcia.

Prueba de esa versatilidad está en la clasificación. En estos momentos, el conjunto de Alberto González es sexto, igualado a puntos con el FC Barcelona B, quinto, y a solo dos del Sabadell, cuarto. Bien es cierto que también empatan a 51 puntos, el Atlético Baleares y el CD Alcoyano.

Pero de todos ellos, quizá el Linares y el Sabadell sean los que mejor llegan a estas últimas cuatro fechas. De hecho, ambas plantillas, junto con el Andorra FC, son las que más prestaciones han dado en la segunda vuelta del torneo liguero.

Nadie duda de que la remontada azulilla es un éxito compartido, pero con un protagonista principal: Alberto González. El técnico de Tolox ha cambiado por completo la imagen de un colectivo desordenado y sin la ambición antes de su llegada a Linarejos.

Alberto González da órdenes en el partido frente al Algeciras en el Nuevo Mirador. Foto: Algeciras CF

Al Linares de comienzo de curso le pasaba un poco como a la ciudad. Le costaba encontrar su identidad. No tenía capacidad de reacción y cualquier golpe, por pequeño que fuera, se acusaba en exceso.

Para comprender la magnitud de la proeza, hay que retroceder un año. Por estas fechas, Alberto González hizo al Linares campeón de Segunda B por segunda vez en su historia y lo llevó a la promoción de ascenso, donde se topó con un efectivo Amorebieta.

El preparador malagueño ya había demostrado que sabía lo que tenía entre manos y la manera de exprimir al máximo a sus futbolistas, tal y como está haciendo esta campaña.

Por delante quedan dos partidos en casa -San Fernando y Sabadell- y otros tantos fuera -Linense y Sevilla Atlético-. La gloria pasa por sacar adelante los duelos directos en Linarejos y puntuar como sea en la Línea de la Concepción y en la Ciudad Deportiva Jesús Navas.

Con un presupuesto de lo más modesto, sin fichajes de relumbrón estrellas, el Linares ya ha logrado su primero objetivo de la salvación. A partir de ahora, queda soñar a toda una ciudad. Y estas cosas las que colocan a municipios como Linares en el mapa y convierten al fútbol en algo grande.

4.8 5 votos
Calificación de la noticia
Subscribe
Notificar
0 Comentarios
Últimos
Primeros Más votada
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios