Si están en Arquillos o tienen previsto visitarla este fin de semana, del 6 al 8 de mayo, no se sorprendan si se cruzan con alguien vestido de noble, clérigo, pobre o artesano. Estarán viajando a los orígenes fundacionales y coloniales del municipio.
Durante su estancia, podrán disfrutar de infinidad de actividades, pero, sobre todo, con un mercado, donde podrá toparse con puestos y talleres de forja, madera de olivo, marroquinería, cuero, filigranas en hilo de plata, tallador de piedra, telares, danza, productos naturales, esencias, cosmética, aceites, quesos, madera, globoflexia y papiroflexia. Sin olvidar, como no podía ser de otra forma, los platos más tradicionales de la gastronomía de la zona. Este viernes, a las ocho de la tarde, será su inauguración con el encendido de velas.
Posteriormente, a las nueve y media de la noche, se proyectará el programa audiovisual ‘Arquillos es un pueblo de gala’, realizado por Five O’clock Producciones y que será presentado por Nati Gaitán. Habrá actuaciones musicales, bailes, entrevistas y más de una sorpresa.
El sábado la programación llega cargada de propuestas con teatro en la calle, música en vivo, personajes mitológicos, una paellada y, por supuesto, el desfile de banderas por las calles del pueblo a partir de las cinco de la tarde. Se cerrará la jornada con el concierto de Coveralia y la suelta de ‘farolillos luminosos del amor y la luz’.
Las fiestas concluirán el domingo con un concurso de pesca y otro de tiro al plato, además de talleres, presentaciones de libros, pasacalles y un espectáculo de danza oriental a las nueve y media de la noche.
Todo ello en un ambiente familiar y acogedor, en el que nadie se siente foráneo. Más bien todo lo contrario. «Arquillos es un pueblo que destaca por el cariño de sus gentes. Por eso, invitamos a toda la comarca de El Condado y al resto de la provincia a que nos visite en estas fiestas», asegura el alcalde, Miguel Ángel Manrique Peinado.
Será un viaje en la máquina del tiempo hasta 1775, año de la fundación de Arquillos, tras la promulgación por Carlos III del ‘Fuero de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena’, tarea ilustrada con la que se acometió la repoblación con gentes provenientes de Alemania, Francia, Suiza y otras partes de España.