Linares, salvo en épocas puntuales, no es una ciudad especialmente carnavalera. No tiene esa tradición que poseen otras zonas de Andalucía e incluso de la provincia, como La Carolina. Sin embargo, poco a poco, los linarenses se van animando a disfrazarse y a hacer suyo el Carnaval.
Prueba de ello es el ambientazo que este domingo había en las calles de la localidad con motivo del entierro de la sardina. Hacía tiempo que no se veía a tanta gente en el desfile final de las fiestas. La extraordinaria mañana, casi primaveral, ha animado a los linarenses a desempolvar sus disfraces y a disfrutar de un domingo de lo más divertido.
El Ayuntamiento, a través del área de Festejos, ha ayudado a que la celebración fuera completa con distintas actuaciones y actividades en el Paseo de Linarejos, donde se ha concentrado todo el ambiente festivo. «Es la primera vez que vengo y la verdad es que me he quedado gratamente sorprendido», asegura a este periódico José Manuel, quien ha acompañado a su sobrino.
Otro pilar importante para recuperar el Carnaval son los centros educativos, donde realmente se ha vivido intensamente durante toda la semana. Todos, al final, «han llorado» por el adiós de Don Carnal y Doña Sardina entre coplas y algarabía.
Fotos: Ayuntamiento de Linares