Análisis | La Corporación más convulsa de la democracia

Hasta siete concejales han abandonado el Ayuntamiento por diferentes motivos mientras la ciudad sigue sin ver la luz al final del túnel

Por:Javier Esturillo
Corporación Municipal del Ayuntamiento de Linares que tomó posesión de sus actas el 19 de junio de 2019.

No hay precedentes equiparables. El mandato 2019-2023 pasará a la historia con el más convulso de la de la democracia en Linares. Esta semana ha comenzado con la triste noticia del fallecimiento del concejal no adscrito Joaquín Robles y con la salida de Ángeles Isac (Partido Popular) del Ayuntamiento con destino al Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) en Jaén.

La crisis política del Consistorio linarense se extiende a todos los grupos municipales, salvo Cilu que es la única formación sin alternaciones desde el 19 de junio de 2019, día en el que se constituyó la nueva Corporación.

La primera dimisión se produjo en las filas socialistas con la marcha de Pedro Serrano. Luego le siguió Carmelo Gragera de Izquierda Unida, Juan Fernández de Linares Primero y Noelia Justicia y Raúl Caro-Accino de Ciudadanos, estos dos últimos desbancados del poder por una moción de censura. A todo esto conviene recordar la ausencia permanente en los plenos del concejal del PSOE, Daniel Campos, que solo ha aparecido por la Estación de Madrid en momentos puntuales y a instancias del partido.

Las traiciones, las intrigas, los insultos, la crispación, las enemistades y la judicialización de la vida municipal ha sido una constante en estos tres años y medio de mandato, mientras la ciudad se desangra y sigue ver la luz al final del túnel. Ni han mejorado sus barrios, ni sus accesos, ni ninguna otra infraestructura.

Solo dos empresas se han implantado en la ciudad: Cofares y Evolutio -esta última con un incentivo de más de 621.000 euros de la Diputación- y un call center de Renfe que, en estos momentos, da empleo a 44 personas. Por el contrario, han cerrado El Corte Inglés, Zara, Springfield, Jack and Jones… en el sector comercial, y Aeropoxy y Mecacontrol, en el industrial. Sin contar, los 889 habitantes que se han perdido desde 2019.

Los indicadores económicos del Instituto Nacional de Estadística, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía y el Ministerio de Hacienda y Función Pública no pueden ser más negativos.

Y, tres años y medio después, Linares continúa ostentando el triste honor de ser la ciudad con más paro de España, con el 30,90 por ciento de su población en edad de trabajar desempleada. La reactivación del Parque Empresarial Santana está encallada por cuestiones burocráticas y la otra gran inversión para Linares, la remodelación del Estadio de Linarejos, se encuentra en pañales.

Esa es la realidad con los datos y los hechos en la mano. Otra cosa es la percepción de la calle -o las redes sociales-, pero lo cierto es que la clase política linarense dista mucho de lo que la sociedad demanda.

Con todo, más dos semanas después de que Raúl Caro-Accino dejara su acta de concejal aún no se sabe quién ocupará su puesto en Ciudadanos. Una prueba más de la desafección que provoca el Ayuntamiento, al margen de la grieta total que sufre la formación naranja en la ciudad minera.

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