Organizar una exposición sobre el patrimonio de Linares es una empresa ambiciosa. Si acotamos el alcance del término a la noche linarense, puede que tengamos la tentación de creer que la cosa se simplifica, pero bastaría con sentarse a pensar en lo infinito de este territorio, para empezar a arrepentirnos de la osadía.
A pesar de la complejidad que supone tratar de encapsular la noche en una sala de exposiciones, Antonio del Arco lo ha conseguido. Ha sabido captar con su cámara el Linares que se esconde en la oscuridad, pero que Imponente de igual manera a los ojos del espectador.
La muestra se exhibe en el Centro de Participación Activa de la calle Viriato. Allí, nos volvemos a topar con las instantáneas que ya pudimos ver en 2017, que fueron actualizadas en 2021 y que, a petición popular, vuelven a estar expuestas hasta el 23 de mayo.
En un ambiente intimista, que invita a la melancolía, puesto que muchos de los momentos han desaparecido, el visitante tiene la oportunidad de redescubrir la visión personal del autor sobre la ciudad que lo vio nacer y conoce al dedillo, con una mirada honesta y sin complejos.
Se trata de una selección 48 piezas, de un Linares en penumbra que se desarrolla en una serie sutil de monumentos y detalles, como el Hospital de los Marqueses, los Jardines de Santa Margarita, la Estación de Madrid o las luces de la Feria de San Agustín, entre un largo etcétera.
El tiempo se dilata en esta exposición, parece haberse detenido, otorgando a las imágenes un carácter de ensueño dentro de la noche oscura. La arquitectura de los lugares, junto a la tenue luz, ofrece una perspectiva maravillosa que merece ser contemplada.