Baños de la Encina es un pequeño pueblo ubicado al norte de la provincia de Jaén, a 53 kilómetros de la capital. Cuenta con una población que pasa por muy poco los 2.600 habitantes, pero que, por una extraña razón del destino, atesora tanto potencial que es complicado calibrarlo y valorarlo.
JP Bimeni, un refugiado que esquivó la muerte antes de huir de Burundi y asentarse en Reino Unido, se mueve entre el sonido clásico de Motown y el soul, la psicodelia y el afrofunk inspirados en Stax. Es uno de los vocalistas más cotizados de la escena musical actual. Verlo en el Sweet Cotton Festival es un privilegio al alcance de muy pocos.
Acompañado por una banda de instrumentistas extraordinarios, en Baños de la Encina desplegó una batería de canciones cargada de sentimientos profundos, conciencia de nuestro tiempo y vulnerabilidad, pero también son soleadas y mantienen un espíritu pop. Así, pudimos conocer su último trabajo ‘Give Me Hope’, un disco de corte clásico, con piezas tan verticales y efectivas como ‘Four Walls’ y ‘Not In My Name’. Elegantemente vestido JP Bimeni & The Black Belts ofrecieron un directo con alma y profundos mensajes, como los que contiene otros de sus grandes discos Free Me.
El soul de JP Bimeni fue la culminación de dos noches de continuo viaje a las fuentes de la música estadounidense. Con Wasabi Cru vimos la propuesta de unos malagueños que fusionan a la perfección diferentes estilos, desde el jazz-rock hasta el reggae y el hip hop, pasando por el acid jazz, la música electrónica, el funk y el neosoul.
Fue un espectáculo refrescante, con referencias a Nina Simone, Janis Joplin o Steve Wonder, pasando por artistas más actuales como Lauryn Hill, Hiatus Kaiyote, Erykah Badu o Vulfpeck. El público que llenó el Parque Santo Cristo disfrutó de la voz inconfundible de Noe Sakura, que desprende química y empatía en el escenario, con la fiel compañía de una banda en la que las guitarras cobran especial protagonismo.
Con The Jump Club, el viaje se trasladó a la época de oro del swing, allá por las décadas de los 30 y 40. Con una configuración de sexteto formada por músicos de diferentes nacionalidades, Charito Sánchez lleva la voz cantante para recordarnos clásicos de Count Basie, Ella Fitzgerald o Duke Ellington, entre otros. Su directo es tan potente como sincero.
La apoteósica noche del viernes
Si grande fue la noche del sábado, la del viernes no se quedó atrás, con Betta Berodia & Sampa Quintet y Mingo Balaguer & Blueshadow. El inicio de la duodécima edición dejó un gran sabor de boca, gracias a la profesionalidad y buen hacer de las bandas en cartel.
Betta Berodia, con su magnetismo y sensualidad, nos abrió el camino con un repertorio muy ecléctico, que transita en el soul y blues más clásico, pero que va transformándose, por momentos, en puro rock. Para ello cuenta con la guitarra de Pablo Sanpa para un show lleno de música afroamericana, con un soplido de elegancia.
‘Blue Shadow’ supone, de alguna manera, la coronación a los cerca de 35 años que el cantante, armonicista y compositor sevillano, Mingo Balaguer, lleva en la carretera al frente de distintos proyectos como pionero del género en España. Pablo Sanpa se unió a la fiesta de Balaguer con referencias al blues y el R&B más apasionado. Ha tenido el honor de tocar en lugares emblemáticos y con prestigiosos músicos internacionales, una circunstancia que se nota en cada uno de sus movimientos.
Mingo Balaguer es de los que no deja indiferente a nadie y cuando abandonas el concierto sabes que en una parte de tu cerebro quedará guardado para siempre y utilizarás ese recuerdo para sacar una sonrisa.
En definitiva, poco menos que, en dos días, Baños de la Encina realizó el recorrido desde Nueva Orleans hasta el obligado desvío y final en Chicago para viajar a las raíces más profundas de la música americana, con el toque contemporáneo de las nuevas generaciones.