Jesús Hevia Martínez (Oviedo, 1990) llegó al Linares en el mercado de invierno del curso 16/17. Procedía del FC Cartagena y su misión era suplir la ausencia de Víctor Curto, quien se había marchado al Real Murcia después de una polémica salida. Solo disputó con la elástica azulilla 17 partidos, 15 de ellos como titular, pero dejó una huella profunda en Linarejos, por su profesionalidad y compromiso con el combinado minero.
Fue de los pocos futbolistas que se salvaron de la quema en aquella temporada que culminó con el descenso a Tercera División tras caer contra el Real Burgos en el play out. Chus Hevia puso rumbo a Marbella, donde se retiró de manera prematura debido a una lesión. Tenía solo 27 años.
Lejos de venirse abajo emprendió su carrera como entrenador. Su primera experiencia fue en la UD Llanera juvenil. Luego pasó por el Gijón Industrial y la Unión Comercial CF, ambos equipos de la Segunda Asturiana. El pasado verano, a través de un tercero, aterrizó en el CD Torreperogil. Lo hizo sin hacer ruido, con la humildad que ha caracterizado su vida deportiva y personal.
El club perogilense escuchó su propuesta. Le gustó su manera de entender el fútbol y, en una tarde, cerraron el acuerdo. Se puso al frente de un plantel modesto, con ramillete de jugadores jóvenes y otros más que consolidados en el balompié provincial. Entre ellos varios con pasado azulillo, como Cañete, David Romero, Carrillo, Pekes o Pablo Ortiz. Sin olvidar al joven preparador físico linarense Sergio Checa, criado como futbolista en la cantera minera.
La constancia, la perseverancia y la regularidad identifican la trayectoria del CD Torreperogil esta campaña en el Grupo IX de Tercera Federación. Este domingo dio un golpe en la mesa al imponerse en el campo del Huétor Vega por cero goles a dos y asaltar la quinta plaza de la tabla, con 33 puntos.
Contra todo pronóstico, el conjunto de Chus Hevia se ha metido en la promoción de ascenso a Segunda Federación, por delante de clubes con mucho mayor potencial económico. «Nadie se esperaba que estuviéramos tan arriba», dice el técnico asturiano, máxime cuando el objetivo «no es otro que lograr la permanencia». «Pero las cosas están saliendo, estamos ahí arriba y ahora queda intentar mantenernos en esas posiciones», declara a este periódico.
El Linares, siempre en el recuerdo
Chus Hevia no se olvida de Linares. «Pese al poco tiempo que estuve allí y al descenso, guardo un recuerdo maravilloso del club y de la afición», señala el exazulillo, quien estuvo presente hace unas semanas en el Municipal de Linarejos en la despedida de Rodri, frente al Xerez CD.
Nunca ha perdido de vista al Linares. Lo ha seguido desde la distancia y lo sigue ahora en una población cercana, donde otros muchos linarenses han dejado su sello, como es el caso de Antonio José García, ‘Torres’, con el que el cuadro rojillo vivió momentos históricos en la categoría.
No olvida el cariño de la afición. «En Linares se respira fútbol. Es una ciudad que lo vive intensamente y eso se nota en el vestuario. Solo tengo palabras de agradecimiento para la hinchada», insiste, al tiempo que confía en que el equipo no solo logre la salvación, sino que aspire al regreso a Primera Federación, lugar que, en opinión de Chus Hevia, se merece como mínimo por historia, estadio y masa social.