Todo cambia y todo avanza, pero la música, como todo en la vida, también cuenta con (algunos pocos) fenómenos que parecen estar totalmente parados en el tiempo; de aquellos que parecen vivir en un permanente sueño dentro de sueño, con los segundos transcurriendo como si fuesen semanas.
El pasado sábado pudimos palpar en el escenario Jaén Paraíso interior del CazorlaBlues cómo uno de estos singulares milagros atemporales vino en forma de directo, concretamente en forma del magnético show ofrecido por los linarenses Shidow.
Respecto a las canciones recientes de esta banda se podrían realizar 101 críticas, pero si hay algo que resulta bastante innegable es que la formación de Linares siempre ha sabido cabalgar, y de qué manera, al posar sus lomos encima de escenario.
¿Lo del Blues en Cazorleans? Un botón: tan solo necesitamos escuchar el arranque de los acordes del tema de apertura “She is my life” para teletransportarnos. Desde ese momento se sabía que la comunión entre público y grupo iba a ser perfecta.
Contar en la formación para el Blues de la voz aterciopelada de Sara López te asegura salir a ganar y eso lo pudimos comprobar en la segunda canción, “The Game of Love”. Desde este momento se sabía cómo acabaría esto…
“Crying Eyes” es la constatación del buen momento del grupo liderado por Javier Hernández y para la ocasión flanqueado el marteño Carlos Ortega que aporto esa sonoridad que multiplica por diez el sonido del grupo. Resultado contundente.
Si a ello le unes que seguidamente entran “Lovers Dance” uno de los éxitos de su primer disco “Accomplised Dreams” con un magistral coro formado por María Díaz y Kety Raya, pues esta claro que en Cazorla se venía a salir por la puerta grande.
Bajamos bpm con “Buffalo” y se llena el escenario con la batalla vocal entra ambos dos, perfectamente compenetrados, Sara y Javi [Hernández] se saben ganadores.
Si hay una canción que mejor represente es espíritu Shidow esa es “Travel”, con una Sara sublime y un público en ese momento entregado. Canción redonda, interpretación magistral y una subida sonora marcada por la base rítmica de un batería y bajo en estado de gracia.
Querían ganar por goleada y rematan la faena con su/nuestra canción “Cracy”, que más se puede pedir. Cuando esta a gusto encima del escenario se nota, y lo mejor es que el público lo nota, y este momento llegó con este final del concierto.
Como regalo final esa joya de los Blackberry Smoke “Run away from it all”. ¿Qué más se puede pedir? Conquista en territorio Blusero del Indie folk o folk rock, con y sin matices, y con muchísimo corazón.
Puede que ya peinen las canas, y haya rostros que jamás podamos volver a asociar a ellos, pero los Shidow continúan trotando como si fuese su primer día. Bendita parálisis temporal, pese a contar con una pandemia de por medio, Julio en Jaén, Jaén en Julio, se sintió como , en un mismo sitio y un mismo lugar. Ya nos queda claro: con Javier Hernández de por medio jamás dejará de girar el tocadiscos.
Sobre el festival
Cazorla ha celebrado su 27 edición en pleno debate sobre los macrofestivales. Cuando Cazorla puso en marcha este encuentro para bluser@s, el panorama festivalero era otro muy diferente. Por aquel entonces, tenía sentido que una capital de referencia mundial por ser espacio natural protegido con una actividad cultural bastante reducida pudiera acoger una propuesta especializada como es el Blues de Cazorla.
En el transcurso de la primera década de siglo, fue el “indie” el que género más creció en cuanto a público y número de festivales, hasta el punto de alcanzar una saturación de carteles de este estilo en la actualidad. Pero Cazorleans se mantuvo firme en su propuesta y los resultados están ahí.
La realidad presenta una menor oferta de eventos especializados como es el blues, dirigidos a un público de 40 años en adelante. Este detalle es clave para entender el éxito del festival. Seguramente, otro punto importante es el emplazamiento, las tres propuestas de escenarios ofrecen un espacio ideal para albergar las cifras que la organización suele aportar (alrededor de 10.000 personas por día).
Los tres escenarios del recinto no requieren grandes caminatas, y los baños y barras no funcionan nada mal. Cuando el diseño del espacio se ajusta a las necesidades de público y trabajadores, todo fluye bastante bien.
El apartado artístico es otro asunto. Tan cierto como que históricos nombres han actuado en el festival, pero también se apuesta por artistas más actuales. Es un riesgo que perfectamente podría correr la promotora, ya que me refiero a incluir algún nuevo nombre entre los consagrados que venden tickets. Cazorla es Blues con mayúsculas, pero también folk, rock o, incluso rockabilly. God save Cazorleans.