La exposición de Ana Pilar Fábrega en el Ayuntamiento de la Estación Linares-Baeza fue un visto y no visto. Duró solo cuatro horas. Dos por la mañana y dos por la tarde. Suficiente para ver a través del objetivo de su cámara las disonancias y resonancias de su pueblo.
Las 51 instantáneas exhibidas este domingo en el Consistorio estacionario adentraron al espectador en un espacio atemporal. Con un enfoque personal, la fotógrafa transforma Linares-Baeza en un símbolo de interconexiones, invitando a una exploración de significados que persiguen el encuadre de un equilibrio emocional.
Bajo el título ‘Armonía’, Ana Pilar Fábrega, de 25 años de edad, ha culminado un proyecto que ideó en 2021 y que ha visto la luz en la clausura de la II Semana Cultural de la Entidad Local Autónoma.
Pese a la brevedad de la muestra, el público respondió y disfrutó de los paisajes y enclaves más representativos de la Estación, además de las imágenes corporales que representan distintos estados de ánimo. Los mismos que la propia autora ha vivido en sus carnes. Desde la alegría a la tristeza, pasando por momentos anodinos.
Como Cenicienta, Ana Pilar Fábrega vivió una ilusión que tenía una fecha de caducidad finita y sabía exactamente a qué hora terminaría, pero ello no fue óbice para que disfrutara al máximo de la experiencia. «Me siento enormemente agradecida por esta oportunidad», acentúa Ana Pilar, que usa la fotografía y la creatividad como descarga emocional.
Trabajadora de Adif, la estacionera seguirá retratando el pueblo el que nació, creció y reside para formar la galería de su existencia, con sus pros y con sus contras, de la mano de sus amigos, parte esencial en la construcción de una muestra fugaz de la que solo perdura su definición: «Armonía: Equilibrio, proporción, correspondencia adecuada entre las diferentes cosas de un conjunto».
Fotos: Ayuntamiento de la Estación Linares-Baeza
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