El jurado ha declarado culpable de asesinato con los agravantes de alevosía y ensañamiento al hombre juzgado en la Audiencia de Jaén por matar a puñetazos y patadas a una mujer en Linares con la mantenía una relación de pareja intermitente.
El jurado, que comenzó a deliberar poco antes del mediodía, ha contemplado también el atenuante de trastorno mental transitorio y ha rechazado el agravante de género que venía pidiendo desde el principio el Ministerio Fiscal.
Con el veredicto leído, Fiscalía y acusación particular han solicitado que le imponga una pena de 22 años de prisión, mientras que la defensa ha pedido que se le aplique la pena en grado mínimo lo que en la práctica equivale a 20 años de prisión.
Será ahora el magistrado presidente el encargado de dictar la sentencia e imponer la pena según la decisión adoptada por el tribunal popular del jurado que en esta ocasión ha estado conformado por cinco hombres y cuatro mujeres.
Los hechos ya juzgados se remontan a febrero de 2021 cuando la víctima, de 57 años, acudió a la casa del acusado, de 47 años, para ayudarle a instalarse puesto que se acababa de mudar en Linares.
Fue sobre las 3,47 horas del día 3 de febrero cuando en la sala del 091 se recibió una llamada en la que se comunicaba la presencia del cadáver de una mujer en la calle Baños, junto a unos contenedores, y que presentaba síntomas de haber sido brutalmente agredida. Fueron los operarios de la recogida de basura los que alertaron a la Policía Local y ésta a su vez, dio aviso a la Policía Nacional.
Los agentes observaron un reguero de sangre que iba hacia la calle Santiago y tras seguir el rastro, los agentes entraron en un bloque del número 34 de la calle Santiago. Una vez allí, comprobaron que la sangre llevaba hasta un ascensor y, concretamente, hasta un segundo piso. Los policías llamaron a la puerta pero nadie abrió, por lo que solicitaron la presencia de los Bomberos para forzar la entrada.
Ya en el interior encontraron al detenido con la ropa manchada de sangre. Fue entonces cuando manifestó a los agentes que, efectivamente, había sido él.
Durante la primera sesión del juicio que comenzó este lunes, el acusado negó haber mantenido una relación de pareja con la víctima y declaró que Benita «se merecía» lo ocurrido por «echarle la magia negra», aunque a preguntas de su abogada también dijo estar «muy arrepentido».
Relató que todo comenzó cuando la víctima le llamó «maricón» por el estado en que se encontraba la casa. «Me molestó que me dijera maricón por cómo tenía la casa. Yo no era un peluche para nadie», dijo el acusado, que afirmó también llevar 14 años con problemas de salud mental agravados por el consumo de alcohol.
Por su parte, los forenses que le examinaron determinaron en el juicio que el acusado «sabía y conocía» lo que hacía en el momento de los hechos, aunque no descartaron que pudiera haber sufrido «una crisis de control de impulsos» e incidieron en que en el momento de la exploración el acusado estaba «normal» y «no presentaba ningún tipo de patología».
Con todo ello, y escuchados en sala los testimonios de siete testigos, 14 policías y los peritos correspondientes, el jurado ha respaldado con su veredicto el plateamiento de la Fiscalía y la acusación particular, aunque también han recogido el atenuante de trastorno mental transitorio, tal y como había planteado la defensa, que desde un principio abogó por una condena por homicidio.