Sigue sin llover y los embalses están más vacíos cada semana que pasa. «La cosa pinta ma, es preocupante», lamenta Pepe Torres, autor de las fotos que ilustran este artículo del pantano del Giribaile, ubicado entre las comarcas de La Loma de Úbeda y El Condado y que se encuentra al 15 por ciento de su capacidad.
Poco a poco, el conjunto de los principales embalses jiennenses está a menos de la mitad de su capacidad total y la escasez de agua es ya una seria amenaza. La Fernandina, principal fuente de abastecimiento de Linares, solo tiene 72 hectómetros cúbicos de agua embalsada en estos momentos, lo que representa un 29,39 por ciento de su capacidad (245 hm3).
Alarmante es el estado del pantano del Rumblar de Baños de la Encina, con solo 14,29 por ciento de agua embalsada, un hectómetro cúbico menos que hace una semana. Como dato comparativo decir que, en agosto de 2021, estaba al 26.98 por ciento.
La situación en la mayoría de los pantanos de la provincia es peor a día de hoy que en la misma semana del año pasado. Es más, la cuenca que menos agua almacena es la del Guadalquivir, con solo 25,5%, según los últimos datos del boletín hidrológico del Ministerio para la Transición Ecológica.
Quizá la situación de emergencia en la que están las reservas de la cuenca sea difícil de calibrar si el agua no ha faltado en los grifos y, según el compromiso de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), no faltará en el próximo año, aunque no llueva.
Aunque sin llegar a plantearse restricciones en el suministro, la escasez de agua es una evidencia y los distintos sistemas de abastecimiento de los municipios han empezado a adoptar medidas encaminadas, sobre todo, a la concienciación ciudadana para un uso razonable.
