Una chica que parece recién salida del Cotton Blues Festival —trenza en el pelo, camiseta negra y zapatillas Converse— departe con un joven vestido con ropa aventurera mientras beben una botella de agua. Aunque no lo parezca, es mediodía de una jornada laborable en la Plaza de la Constitución.
A solo unos metros, cuesta arriba por la calle Santa María, está el castillo de Bury Al Hamma (conocido popularmente como Burgalimar), su punto de destino. Allí, se cruzan con un grupo de mayores que acaban de llegar de la cercana Úbeda.
Todos ellos quieren visitar el sitio más representativo de Baños de la Encina. La milenaria fortaleza ha cerrado los meses de verano —junio, julio y agosto— con una sensacionales cifras de turistas. En total, 4.348 personas han pasado por este Monumento Nacional desde 1931. Supone un ligero descenso en relación con 2022, año en el que se batieron todos los registros de la última década con 4.675 visitantes.
Para el alcalde, Antonio las Heras, representan unos «datos muy positivos». «Estamos muy contentos, porque el número de turistas en el cómputo anual sigue creciendo. Baños de la Encina se ha convertido por méritos propios en un municipio de referencia del turismo de interior de la provincia«, señala a este periódico.
La época estival no es la más fuerte del año para esta localidad de la comarca de Sierra Morena, en el selecto club de los Pueblos Más Bonitos de España, Las mejores estadísticas se producen en otoño, como demuestran los datos facilitados por la Oficina Municipal de Turismo a El Nuevo Observador. En octubre y en noviembre, se suelen producir los picos más altos de visitas.
Las Heras avanza que el Ayuntamiento sigue trabajando de manera enconada para mejorar los servicios, principalmente el sector hostelero. «Tenemos encima de la mesa varios proyectos muy interesantes que, a buen seguro, nos van a dar un buen empujón». A esto conviene sumar nuevos paquetes turísticos para promocionar Baños no solo en el mercado interior, sino también en el exterior.
