El Centro de Salud de Arrayanes en Linares ha celebrado este jueves dos simulacros, uno de agresión de un usuario a un profesional y el segundo, de incendio, derivado precisamente de la primera situación, al ser provocado el fuego por el agresor.
En el ejercicio han participado profesionales de distintas categorías del centro, entre ellos, de la dirección de la Unidad de Gestión Clínica, facultativos, enfermeras y personal de Gestión y Servicios, según ha informado el Gobierno andaluz.
La secuencia, que se ha planteado de forma que el propio agresor ha sido el que ha provocado el incendio, se ha iniciado con el acceso de un usuario al centro, en concreto, a una de las consultas de médico de familia.
En ella recrimina la administración de un fármaco y poco a poco va intensificando su crítica hacia la facultativo, hasta que lo agrede verbalmente y lo amenaza con una posible agresión física, ante lo que se activa el Plan de Prevención y Atención frente a agresiones del SAS.
En ese momento, el agresor es evacuado del edificio por parte del vigilante de seguridad. Pasados unos minutos, regresa sin que ningún profesional se percate de ello, accede al sótano y, provisto de un mechero, prende fuego a una papelera.
Los sistemas antincendios se activan y ello pone en marcha el Plan de Emergencias, haciéndose necesaria la llamada al 112 y la posterior evacuación general de los ocupantes del centro de salud.
Tras la actuación del denominado equipo de primera intervención, que conforman dos profesionales, el jefe de Emergencia declara el fin de la misma, una vez sofocado el conato de incendio, volviendo a la normalidad la actividad en el edificio.
«Con este tipo de actividades, se busca que los trabajadores del centro sepan cómo actuar en cada uno de los tipos de emergencia que se pueden producir, al tiempo que sean capaces de establecer un contacto directo con los distintos sistemas de emergencia», ha explicado la directora gerente del Área de Gestión Sanitaria Norte de Jaén, Belén Martínez.
En este sentido, ha señalado la importancia de que los profesionales conozcan los recursos disponibles ante una situación crítica, pongan en práctica las pautas técnicas de actuación y adquieran habilidades, destreza y control sobre los tiempos de abordaje ante una eventual emergencia.
Asimismo, Martínez ha indicado que la experiencia «sirve para valorar la coordinación entre los diferentes equipos de intervención, así como detectar y corregir deficiencias y puntos débiles».
