El equipo de profesionales de la Unidad de Gestión Clínica de Obstetricia y Ginecología del Hospital San Agustín de Linares han elaborado una Guía de Cuidados que permite el mantenimiento del contacto piel con piel entre madre y recién nacido cuando el nacimiento se produce por cesárea, en el que también han colaborado las Unidades de Gestión Clínica de Anestesia y Pediatría.
Para la elaboración de este proyecto se han tenido en cuenta los importantes beneficios que el contacto piel con piel inmediato ofrece, entre ellos, reducción del nivel de estrés de la madre, la mejora en la adaptación del recién nacido a la vida extrauterina, facilita el desarrollo del vínculo afectivo, y favorece el inicio de la lactancia materna y su mantenimiento.
“Hasta ahora, los cuidados postoperatorios tras cesárea provocaban una separación del vínculo entre la madre y el hijo, debido al traslado de la mujer a la unidad de reanimación postquirúrgica donde podría extenderse hasta varias horas. Este nuevo proceso permite en contacto inmediato, siempre que sea posible”, ha indicado Andrea Fuentes, matrona de la unidad.
Este es un motivo por el que diferentes organizaciones de salud tanto Nacionales como Internacionales, así como el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría, recomiendan no sólo el Contacto Piel con Piel tras los partos vaginales sino también tras el nacimiento por cesárea, siempre que las condiciones de madre e hijo así lo permitan.
Esta guía ha posibilitado la normalización de las intervenciones necesarias por parte de los diferentes profesionales que participan en el proceso, permitiendo que la recuperación quirúrgica tenga lugar en la misma Unidad de Partos, bajo control y vigilancia de las matronas.
También permite que los cuidados realizados tanto a la madre como a su hijo en un contexto de post-operatorio inmediato cumpla con los criterios de seguridad para el binomio madre-hijo.
De esta manera y teniendo presente el Plan de Humanización del Sistema Sanitario Público de Andalucía, se contribuye a dar un paso más en la “humanización del nacimiento” con la finalidad que este momento pueda ser también compartido entre la madre, el padre y el recién nacido tratando de minimizar los efectos de la cirugía siempre que la situación clínica de madre e hijo lo permita e intentando que el puerperio inmediato sea lo más parecido al de un parto”, ha señalado Rebeca Alguacil, también matrona, junto a Isabel Garrido, supervisora de la unidad.
