No hace tanto tiempo, aunque remita a un fútbol y a un modo de vida casi pretérito, los torneos de verano eran grandes veladas que medía el potencial de los equipos poco antes del comienzo de la competición oficial. Medían a clubes de distintas categorías y orígenes variopintos que dejaban carteles para la historia. El Trofeo Ciudad de Linares es uno de los pocos que se resiste a los cambios y que se mantiene vivo en un deporte que apuesta por otros formatos y mercados.
El Linares y el Club Polideportivo El Ejido lucharán esta noche, a partir de las nueve, por hacerse con la Cabria de Plata en una nueva oportunidad para que los de Alberto González encandilen a su afición a menos de 20 días del inicio de la Liga en Primera RFEF, máxime si tenemos en cuenta las dos últimas decepciones ante el Recreativo de Huelva y el Córdoba CF.
El también conocido como trofeo de feria, que cumple su trigésimo cuarta edición, más allá del aspecto simbólico y emotivo para las vitrinas del club, tiene su importancia desde el punto de vista futbolístico. En teoría, este martes en el césped del Municipal de Linarejos el público podrá ver lo más parecido al once y al esquema de juego que González planteará en la primera jornada frente al Mérida.
Un buen resultado, acompañado de una mejor versión que ante recreativistas y cordobesistas, puede servir de acicate a la plantilla y, sobre todo, a los seguidores indecisos a la hora de adquirir su abono para el próximo curso. Enfrente tendrá a un conjunto que tampoco anda bien esta pretemporada y que, al igual que el Linares, necesita alegrías para motivarse.