El Linares no acaba de poner el motor a su máxima potencia. Va a tirones, por fases. Todavía el aficionado azulillo no ha visto un partido completo del equipo, en el que muestre solvencia en todas sus líneas de principio a fin. Cuando no falla la defensa, lo hace el ataque. Que Juan Antonio Milla reconozca que los suyos no merecieron ni el empate en el campo del CD Minera, dice muy poco del rendimiento del colectivo, sobre todo fuera de casa.
Sin embargo, siempre le queda el refugio del Municipal de Linarejos, un estadio que en esta categorías refuerza su condición de fortín. El problema está en que sus tres victorias en casa han sido a base de remontadas. Echándole casta al asunto para que no se escapen los puntos.
El riesgo es alto y frente a equipos bien trabajados y con una buena delantera, como el Don Benito, puede acabar en decepción. Es lo que ocurre cuando uno vive al filo de la navaja. Por eso, el encuentro de este mediodía representa una oportunidad para que los de Juan Antonio Milla se reivindiquen, den un golpe en la mesa y demuestren su condición de candidato al ascenso.
El técnico granadino tiene a todo el plantel disponible, a excepción de Lalo que se pierde la séptima jornada por sanción. De este modo, Milla podrá alinear a su mejor once para sumar un nuevo éxito en el Municipal de Linarejos.
Por su parte, el cuadro de Juan Marrero llega a la cita en un gran momento, después de encadenar dos victorias y un empate. El Linares deberá poner especial atención a dos hombres: Borja Domingo y Oussama, dos de los atacantes más activos de la categoría.