Linares tiene un dulce típico, el Chachepó, al que nadie le discute su hegemonía dentro de la pastelería local, pero marcharse de la ciudad sin probar las tortas de la Leonarda es un auténtico pecado. El comercio más antiguo del municipio y de la provincia está de aniversario: cumple 150 años. Una cifra redonda al alcance de muy pocos.
María Trinidad López se refugia al calor de las enaguas y el brasero mientras llegan clientes. No tardan mucho en aparecer por la puerta. Se levanta y sonríe. «Me da dos tortas», le precisan. Ella las despacha con amabilidad. Ese trato cercano y, sobre todo, un producto cien por cien artesanal son dos de las razones por las que esta panadería, ubicada en la linarense calle La Cruz, sigue al pie del cañón y en plena forma.
Al frente del establecimiento están los hermanos Daniel y Juan Torres, la cuarta generación del negocio fundado por su bisabuela Leonarda Molina, a su regreso de Cuba, el año en el que Alfonso XII ocupa el trono de España, nace el poeta Antonio Marchado o muere el compositor y pianista francés Georges Bizet. También fue el año en el que Linares recibió el título de ciudad.
Por aquel entonces, Linares, con una población superior a los 35.000 habitantes, era una de las localidades más pujantes de Andalucía gracias a las explotaciones mineras. Fue de las primeras panaderías que se abrieron en la localidad. Pronto ganó fama por su pan, sus tortas y sus magdalenas, que se siguen elaborando de modo tradicional.
Nada es más básico, honesto y sencillo que estos alimentos. Ni más trabajoso; de ahí la mediocridad que asola al mundo panadero en España: barras industriales, pistolas insípidas, baguettes de aire, masa cruda… Comodidad para hacer caja con la que no hay quien moje un huevo frito. Por eso, es un ‘milagro’ que siga abierta al público.
Pero Linares tiene la fortuna de contar con Leonarda, donde «todo sabe a gloria», subraya una mujer a este periódico. «¿Hay algo mejor que el olor a pan recién horneado?», añade.
De este obrador se han alimentado miles de linarenses y vecinos de otros pueblos cercanos. La panadería más longeva de Jaén, a pesar de llevar toda la vida con nosotros, ha sabido también actualizarse a los nuevos tiempos, pero sin perder la esencia del trabajo bien hecho, sin química añadida, con levaduras madre y fermentación tradicional, como Dios manda.
Leonarda es un santuario de la cultura del pan. Un lugar que merece la pena ser visitado, porque en él se condesa la historia de la noble y antigua villa de Linares.
Fotos: Javier Esturillo
Tortas de categoría…como lo bueno de toda la vida…calidad cien por cien…eso es pan y no lo del Mercadona…
El mejor pan de la provincia, y de las tortas que decir, me siguen recordando a mi niñez el mismo olor el mismo sabor
Yo vivía en Martínez de la rosa, al lado y me encantaba ir a por las tortas de manteca para desayunar. Hace poco volví al establecimiento y me encantó rememorar ese sabor de la infancia.