Recorrer el Paseo de Linarejos no es muy aconsejable para mayores, personas con movilidad reducida e incluso niños de corta edad. Una baldosa levantada puede convertirse en un trampa para todo aquel que no se ande con ojo. El estado de la solería es «lamentable». Lo dicen los viandantes, los vecinos de la zona y hasta los visitantes. Juan Ramón es de Granada y se encuentra en Linares de paso, por la boda de un amigo. Ha parado a comerse churros y reconoce que la imagen que se lleva del lugar «no es nada positiva». «Está horroroso», señala a este periódico.
El problema no radica en una sola loseta, sino en muchas. «Cada paso que uno da es una trampa», advierte Gonzalo que camina con dirección a la vía verde. «Como no estés atento, te vas al suelo de cabeza», apostilla. Pese a ser el paseo más transitado de la ciudad su estado «deja bastante que desear».
Muchos residentes culpan de esta situación al trajín de vehículos e instalación de puestos para cualquier celebración relevante, como las Fiestas Íbero Romanas de Cástulo. «Le tenemos pánico, porque durante el montaje y desmontaje cae alguna baldosa», lamentan.






La última remodelación integral de esta vía tan importante e histórica data de finales de la década de 2000. Fue el entonces alcalde socialista, Juan Fernández, el que inicio los trabajos y los acabó, aunque le quedó pendiente la segunda fase, que correspondía a la prolongación hasta la ermita de la patrona.
El paseo tiene una longitud de 550 metros, donde se renovó su pavimento, con 18.000 metros cuadrados de granito y mármol. La actuación comenzó en la Plaza de la Constitución y terminó en la actual rotonda del Land Rover, que se localiza por encima de la Glorieta de América.
Además, se rescataron y volvieron a colocar las farolas que durante más de un siglo alumbraron este enclave linarense. La iniciativa contemplaba también la rehabilitación de los antiguos bancos de azulejos -140 en total- con fotografías antiguas de la localidad.
El pasado mes de febrero, la alcaldesa, Auxi del Olmo, presentó un proyecto de conexión entre el Paseo de Linarejos y el recinto ferial a través de la Estación de Madrid, dentro del denominado Plan de Actuación Integrado de Linares, que, en principio, debe sufragarse con los nuevos fondos europeos FEDER, en el marco de la Estrategia de Desarrollo Integrado Local (EDIL).