“El gol, se tiene o no se tiene”, dicen algunos clásicos. “Es lo único que no se puede enseñar”, relatan otros puristas. Ion Etxaniz Llamas (Mondragón, 1991) no era un gran goleador cuando llegó al Linares. En el CD El Ejido era un jugador desequilibrante, que no había pasado de 5 goles. Y en su anterior destino, el Arenas Club de Getxo, sumó 10 en dos temporadas. Su mayor registro data de su etapa en el Gernika, cuando anotó 13 dianas en la temporada 16/17.
Eso sí el atacante mondragonense ante de aterrizar en Linarejos acumulaba una basta experiencia en Segunda División B, categoría en la que mantenía cierta regularidad en los equipos.
Con Alberto González, se ha destapado como un consumado artillero en una categoría profesional y ante rivales de relumbrón.
Las exigencias con las que se encontró en uno de sus primeros cara a cara con González fueron la obligación de defender como uno más y aumentar su producción goleadora.
En la proyección que el técnico dibujaba en su cabeza aunaba la velocidad y la técnica. Un estilete potencial, vamos. Hay en el González entrenador una tendencia a cincelar jugadores que se amolden a su manera de entender el fútbol. Más allá de domesticarle en el esfuerzo, en el caso de Ion Etxaniz se trataba de la forja de un goleador.
El vasco es, ante todo, disciplinado y cumplidor. Han consolidado su manejo de la rapidez en la anticipación y a codear para ganarse el espacio. Buena parte de esos 12 goles que lleva con la camiseta azulilla -10 en Liga y uno en Copa- se fabrican desde la brega con los centrales.
No tiene la estética de Hugo Díaz, pero sí constancia y fe, dos claves para un buen atacante. Además, anota cuando más lo necesita el equipo y con Nando Copete ha encontrado un aliado eficaz en las asistencias. Otro de los secretos del de Mondragón es en no hundirse ni obsesionarse si la pelota no entra. El mantiene la confianza hasta el final, consciente de que en cualquier momento la puede cazar, maniobrar y perforar. Tres conceptos del manual que Ion Etxaniz cumple, gracias a un compromiso férreo en el proyecto.