Linares necesitaba una heladería. Pero no una cualquiera. Tenía que ser artesana y en un lugar emblemático. Y Juan Gómez Martínez adivinó esta demanda, después de explorar distintas alternativas, consultarlo con la almohada y planteárselo a su esposa, Maribel Padilla.
Con su apoyo y el arrojo suficiente para montar un negocio en los tiempos que corren, abrió, poco antes de Semana Santa, Jijonenca, un coqueto establecimiento enclavado en la linarense calle Carolina, dos pasos del Paseo de Linarejos, Santa Margarita y el centro de la ciudad.
Para reforzar su propuesta, optó por comercializar los productos de uno de los líderes del segmento de helados artesanales en España: Jijonenca. Marca fundada en 1968, en Jijona (Alicante), por heladeros que llevan la tradición por bandera, gracias al contacto directo con el cliente y conocer los cambios de tendencia para desarrollar nuevos sabores naturales, por ejemplo, del mayor interés por helados orgánicos, sin lactosa o para celiacos.
De esta manera, Juan empezó a construir este pequeño y dulce mundo del helado en su ciudad, donde toda la familia puede encontrar una amplia variedad de sabores, desde los clásicos de turrón, vainilla o nata hasta de melón, con trocitos de fruta, de Philadelphia con arándanos o los de Oreo que se suelen acompañar de cookies y son los más deseados por los pequeños. Cualquier selección permite combinación con una gama de referencias, muchas con especial atención a las intolerancias alimentarias.
Pero no solo de helados vive este negocio. Otro de sus productos estrella son los batidos, de los que Juan se siente «orgulloso» porque son cien por cien naturales y creados a partir leche fresca de primeras marcas poco batida, para que no pierda ni un ápice de textura. «Es batido hecho y derecho», remata el propietario de Jijonenca, un linarense de 49 años de pura cepa que ha decidido apostar por su tierra, a pesar de que su vida laboral esté encarrillada. «Creo firmemente en la posibilidades de Linares y de la gente de aquí», subraya.
Razón no le falta, porque todo su establecimiento cuenta con algún sello local, tanto en la decoración de las sillas y mesas, que sorprenden nada más verlas, como en la instalación del aire acondicionado u otros elementos adquiridos todos ellos en empresas de la ciudad. Para Juan, es una manera de devolver la confianza y el cariño que siempre ha recibido de sus paisanos.
Jijonenca dispone de un acogedor espacio interior, pero también de una terraza en la que se celebran cumpleaños u otro tipo de acontecimientos festivos. Durante la Feria San Agustín, permanecerá abierta hasta servir al último cliente. Para ello, Juan ha contratado a un refuerzo, que se suman a las dos empleadas que habitualmente atienden en el negocio, desde las doce del mediodía y hasta la una de la madrugada, en horario normal.
La heladería tiene pues todos los ingredientes para extender tentáculos y enganchar a vecinos y visitantes con un concepto cuidado por el detalle para disfrutar de helados cremosos, batidos, granizados, gofres y café. Un lugar ideal para compartir una conversación, una celebración familiar o los días festivos de San Agustín, mientras se saborea una tarrina o un cono de galleta con helados originales y sabrosos, hechos sin colorantes, aromas artificiales, ni grasas hidrogenadas. Un juego entre creatividad y sabor que no deja indiferente a nadie.
«Lo cierto es que la respuesta del público ha sido maravillosa desde que abrimos. Estamos muy satisfechos de la acogida de nuestra ciudad», señala Juan Gómez. Heladería Jijonenca es un verdadero placer gastronómico veraniego, con postres elaborados a partir de ingredientes frescos y de calidad sublime.
Fotos: Javier Esturillo
Los helados que más me gustan y con diferencia
Los helados que más me gustan jijonenca Linares y con diferencia