La escritora y guionista linarense, Verónica Cervilla, publica ‘El décimo círculo‘, una novela que navega por la literatura de Dante con oscuros matices de thriller y que, además, nace bajo el sello de Ediciones B, una editorial que apadrina una obra que está siendo ya un éxito entre sus lectores.
El periodista Emilio Prieto conversa con la autora para El Nuevo Observador en nueva entrega de la serie En Profundidad. Es un diálogo entre escritores y amigos de la misma ciudad.
—Colecciona ediciones en distintos idiomas de ‘Drácula’, de Bram Stoker. Ha sido directora de la revista literaria Tartarus, es guionista, gran lectora y una fiel amante del cine de terror, pero… ¿quién es realmente Verónica Cervilla cuando se pone ante un proyecto literario y saca su faceta escritora?
—Es complicado responder a esa pregunta porque no creo que haya un momento en que deje de ser escritora para ser otra cosa. Es más bien una parte de mí. De hecho, a menudo estoy haciendo cualquier otra tarea, se me ocurre algo y paro para anotarlo. Pero cada vez que me enfrento a un proyecto me empapo de la atmósfera que quiero crear, de los personajes que van a contar la historia y de los temas que quiero tratar, y eso afecta a mi humor (no necesariamente para mal) porque me involucro mucho.
—Para esta novela, ¿fue más de brújula o de mapa?
—Soy una escritora de mapa, es decir, planifico bastante la historia antes de sentarme a escribir. Manejo tiempos de entrega muy estrictos y, además, es una forma de no procrastinar. Cuando hay una fecha límite, es menos probable no terminar el proyecto. También ayuda a no tener que reescribir y perder todo el trabajo hecho porque hay algún agujero de la trama en mitad de la historia. Eso no quiere decir que no me encuentre sorpresas por el camino (a veces, surgen ideas distintas mientras escribo lo que tenía planeado, o los personajes toman decisiones diferentes a las que había pensado). Mi mente guionista está entrenada para planificarlo todo y la verdad es que me funciona muy bien.
—¿Cómo nace ‘El décimo círculo’? ¿De qué fuentes literarias bebe?
—Nació hace varios años en forma de proyecto de videojuego, pero se quedó atascado, así que guardé la historia como siempre hago, por si en el futuro encontraba su camino. Y así fue. Justo hace un año, Ediciones B se interesó por mi trabajo y se enamoró de mi propuesta. Pero, en realidad, todo comenzó cuando estudiaba Bachillerato y me topé con la figura de Dante Alighieri y su “Divina Comedia”.
Es una obra tan llena de matices y con un halo de misterio tan profundo a su alrededor que siempre supe que escribiría sobre ella, tarde o temprano. En esta novela, además, me he tomado la libertad de divertirme con lo que más disfruto: hablar de literatura, y para eso he seleccionado algunas de las grandes obras de la literatura universal que me han llamado la atención y que han tenido una contribución a nuestra forma de pensar, a la cultura y a quiénes somos. Por ejemplo, se nombra a “Drácula” (quien me conozca sabe que esto era inevitable), “Romeo y Julieta” o “Frankenstein”, pero también otras que levantaron ampollas, como “La celestina” o “Justine”, del Marqués de Sade.
—¿Qué les espera a los lectores al abrir las tapas de su nueva novela?
—Mi intención es que se adentren en un viaje metaliterario en el que los libros son los grandes protagonistas. Esta novela es una carta de amor a la literatura envuelta en un misterio que plantea una idea muy golosa para los que amamos las historias: ¿y si algunas de las obras de la literatura universal no hubieran sido ficción sino una realidad que se nos vendió como invención? La protagonista de mi novela, Gara, es una doctoranda que realiza su tesis en Granada y que se topa con este planteamiento en mitad de un duelo personal. Todo eso la lleva por un camino de investigación, un coqueteo con lo esotérico y el enigma en torno a si el Infierno de Dante no estará basado en un hecho real.
—¿Cómo ha sido el proceso de creación de personajes?
—Ha sido una de las partes más divertidas porque en esta novela encontramos un grupo de estudiantes muy peculiares sobre los que vamos a ir haciendo zoom poco a poco para descubrir qué esconden. Siempre pienso que el gran reto está en construir personajes con matices, distintos entre sí, pero que resuenen con partes de nosotros que amamos u odiamos, y creo que lo he conseguido. Pero ya me lo contaréis vosotros…
—Presta, entre sus páginas, especial atención a determinadas localizaciones geográficas. ¿Qué nos puede contar sobre ello?
—Efectivamente. Siempre me ha faltado ver ciertos espacios representados en la ficción. Por ejemplo, mi tierra, Jaén, es una gran olvidada. ¡Cómo si ahí no pudieran suceder cosas maravillosas qué contar! Por eso, suelo localizar lo que escribo en escenarios de mi provincia, cercanos o menos utilizados. En esa ocasión, nos vamos a la Granada actual, a su espacio universitario, aunque no para contar una novela histórica sobre Al-Andalus, que es lo más común. También hablamos de Gran Canaria, otro lugar especial para mí del que me apetecía escribir. Casi todos los lugares nombrados son reales, aunque se tratan con un halo de misterio que, espero, haga que los lectores los vean con otros ojos la próxima vez que los visiten.
—Habla en su libro de un club de lectura clandestino. ¿Están en peligro de extinción estos clubes? ¿Pertenece usted a alguno?
—La clandestinidad es muy atractiva. Al ser humano le gusta lo prohibido. Afortunadamente, no creo que ahora haya que esconderse para leer nada. La razón por la que el club de la novela es secreto es que no tiene nada que ver con la prohibición externa, pero me gusta soñar con que haya alguno en el que se lean obras misteriosas y antiguas, como las de “El décimo círculo”.
En este momento, yo misma soy la coordinadora de un club de lectura en el que leemos a escritoras de terror. Me encanta compartir lecturas y comentar con otras personas. Creo que es muy enriquecedor y una manera magnífica de conocer a gente, así que animo a todo el mundo a que busque uno, ya sea en su ciudad u online, y se anime a leer en grupo.
—¿Qué le animó a convertir la figura de Dante y su «Divina comedia» en una trama de gran peso en su novela?
—La cantidad de estudios y teorías esotéricas y conspiranoicas que hay a su alrededor. Es una obra tan llena de simbolismo y matices, de una época en la que no había tantas formas de registrar la realidad como ahora (redes sociales, vídeo, etc.), que muchas son conjeturas que jamás podremos probar.
Además, está escrita de una manera tan impecable y detallista que necesitaba detenerme, sobre todo, en el libro del Infierno y deconstruirlo. La división de los nueve círculos con todos los condenados, las referencias filosóficas, religiosas y políticas, y los mensajes ocultos dan para dedicarle una novela tras otra.
A partir de ahí y de todo lo que he leído al respecto, siempre me surgía la misma pregunta: ¿y si fuera real todo lo que Dante nos contó? Como no puedo demostrarlo desde mi persona, le pedí a Gara, mi protagonista, que lo hiciera por mí.
—¿Qué supone para usted trabajar con Ediciones B? ¿Cómo ha sido la experiencia?
—Para mí ha sido una experiencia muy enriquecedora que supone un peldaño de gran importancia en mi carrera literaria. Trabajar con una de las editoriales más importantes del país es un sueño cumplido. Además, he tenido la suerte de estar rodeada de un equipo que ha tratado con mucho cariño esta historia y la ha cuidado hasta el último detalle. De verdad, la corrección ha sido exhaustiva y los interiores del libro son una pasada. Sin olvidar la maravilla de portada (por cierto, hay muchos detalles que se pueden descifrar una vez leída).
—Además de escritora, es usted guionista, ¿qué nos puede revelar sobre esta faceta?
—Sí, compagino ambas cosas y, aunque ahora mismo estoy volcada en la parte literaria con motivo del lanzamiento de la novela y otros proyectos, nunca dejo de lado mi amor por el cine. Tengo varios proyectos en progreso, entre ellos un par de series y un largometraje de terror.
—Entre la narrativa de la novela y la del guion, ¿con cuál se queda?
—Es imposible elegir porque cada uno me aporta una manera distinta de contar historias. No podría vivir sin libros ni películas. Unos me dan libertad total, ya que en literatura no hay limitaciones de tiempo ni presupuesto, y me permiten jugar con el lenguaje; el otro me empuja a ser creativa con imágenes y sonido.
—¿Le gustaría guionizar alguna de sus novelas? ¿’El décimo círculo‘, tal vez?
—Me encantaría, y no lo descarto. Cualquiera de mis novelas sería una buena candidata a adaptación audiovisual y, de hecho, esto trabajando en que esto se convierta en una realidad para alguna… pero aún no puedo hablar mucho de esto, es mi única superstición como creadora (risas).
—¿Hay alguna fecha cerrada de presentación o firma de libros donde verla?
—Sí, estaré presentando en Las Palmas de Gran Canaria el 22 de febrero, en la librería Agapea. Más adelante, seguramente en abril, pueda volver a mi tierra, Linares, para charlar sobre ella. Estoy cerrando algunas fechas más, pero por el momento solo diré que estéis atentos, porque habrá ocasiones para hablar en persona de “El décimo círculo”.
—¿Qué proyectos futuros nos puede adelantar? ¿En qué anda inmersa ahora?
—Estoy trabajando en mi siguiente novela, aunque aún no puedo adelantar mucho porque está en los inicios, pero sí diré que tendrá mi sello que tanto les gusta a mis lectores: la oscuridad. Seguiré bordeando el terror y el thriller y apostando por lo psicológico y lo sobrenatural, aunque habrá alguna sorpresita. También ando inmersa en la preparación de mis talleres y mentorías de escritura, y en los proyectos audiovisuales que mencionaba anteriormente.
—Además de Bram Stoker, ¿qué autores recomienda o le son influencia
—Tengo dos autoras predilectas que no me canso de recomendar ni leer. Una es Shirley Jackson, autora de maravillas como “La maldición de Hill House”, y la otra es V. E Schwab, más cercana a la fantasía oscura. Ambas son maestras en su terreno y crean magia con las palabras.
Fotos: Désirée Vicente
