Pase lo que pase el próximo domingo en el Cerro del Espino frente al Atlético de Madrid B, el Linares firmará la segunda peor primera vuelta de su historia en la tercera categoría del fútbol español (Primera Federación y Segunda B).
El equipo, aunque ganara, acabaría con 17 puntos, un registro muy pobre para un club poco acostumbrado a posiciones tan bajas a estas alturas de la Liga, desmontando la versión del propio presidente, Jesús Medina, quien llegó a asegurar que el lugar natural del Linares es la zona de peligro de la tabla.
La historia dice todo lo contrario. Solo en una ocasión desde la fundación de la Segunda División B, en la temporada 77/78, el combinado minero ha terminado la primera vuelta con unas estadísticas tan pobres que las de este curso.
Fue en la 02/03. El equipo, recién ascendido a la categoría, acabó con 14 puntos el primer tramo del campeonato, con dos victorias, ocho empates y nueve derrotas en su casillero (12 goles a favor por 22 en contra).
El propietario de la entidad, Delfín Cañas, dio un golpe de timón y contrató para obrar el milagro a Juan Carlos Álvarez, un entrenador experimentado que había dirigido al Sevilla Atlético y al primer equipo en distintas etapas.
A ello se sumó el acierto en los fichajes del mercado de invierno, lo que dio como resultado ocho victorias, seis empates, por solo cinco derrotas. Sumó 30 puntos que no le valieron para salvarse directamente, pero al menos pudo disputar la promoción de descenso, en la que eliminó al Langreo y, de este modo, continuó en la División de Bronce.
Sin ir más lejos, y con un presupuesto similar e incluso más austero, durante la presidencia de Pedro Sáez, el Linares presentaba mejores números, teniendo en cuenta, además, que el plantel estaba formado por un buen puñado jugadores formados en la cantera.
Para lograr el objetivo, los pupilos de David Campaña están obligados a ganarlo todo en casa y a rascar puntos a domicilio. Es la única manera de capear de la mejor forma posible el temporal que se les viene encima.
